Historias de un papá: Cuando los gemelos fueron a su primer día de clases
No puedo creer que acabo de escribir ese título, WTF?
¿Cuándo pasó, qué pasó, qué pedo con tener hijos que ya van a la escuela? Bueno, al maternal, no hay sumas ni restas, pero igual pega.
Así es, después de 15 meses y dos semanas de haber llegado a este mundo los pequeños empezaron la escuela. Es un pedo mayor para ellos, para los papás, y un mucho más para las mamás.
Tus días de despertarte tarde... bueno, bueno, de despertarte, jugar, darles de desayunar, llevarlos por aquí o por allá a pasear, vestirlos y básicamente hacer el día, ese mismo día se acabó. Les hicimos una nueva rutina, que entre otras cosas consiste en despertarlos (cosa que no había pasado en 15 meses y dos semanas.
En 15 meses y dos semanas no había puesto alarma. En 15 meses y dos semanas uno de ellos había sido mi alarma y el otro el snooze.
Tuvimos que despertarnos mi esposa y yo todavía más temprano para armar el desayuno y su lunch para la escuela, en sentarlos en sus sillas altas y rogar, esperar y rezar a que les guste el desayuno y... que se lo coman a una velocidad razonablemente rápida sin que se atraganten, que acabe más comida en sus estómagos que en el del perro o el piso, vestirlos mientras los correteamos, y una vez más, rezar y rogar que no se hayan hecho popó justo cuando los subimos al coche.
¿Y cómo fue la primera semana de los pequeños en la escuela?
¡De la fregada!
El primer día estuvo difícil. Lo interesante es que ese primer día comienza la noche anterior. Porque a las 7 de la mañana no tienes cabeza para sacarles la ropa que se van a poner (aunque bien podrías pero tu esposa los quiere mandar bien combinados y peinados).
Hay que pensar en lo que van a desayunar y comer... si puedes adelantar algo de su lonchera la noche anterior es más que recomendable, porque un Gansito y un Pingüino al parecer no son un lunch completo (según mi esposa).
Hay bebés que van a la guardería desde el mes, otros a los tres meses, otros más hasta el año, y pues en cada edad los retos son diferentes y ellos lo viven diferente. Ya sabía que podía haber llantos cuando los dejáramos por primera vez en la escuela, si solo aquí en la casa va mi esposa o yo al baño y uno de los dos llora, y pues mis sospechas fueron ciertas. Nos hablaron de la escuela una hora y media después que los pequeños no se la estaban pasando padre y que fuéramos por ellos.
Y pensar que iban a aguantar hasta medio día...
A las 10 a. m. ya estaban fuera y con el lunch todavía en la lonchera. Así fue el resto de la semana, medio día.
Esta semana ya desde el martes se quedaron todo el día, felizotes, jugando pero igual llorando cuando mi esposa los deja en las mañanas. Cosa que es muy difícil para ellas y pues hay que entenderlas y apoyarlas. Al parecer se les rompe su corazoncito cada vez que escuchan a tu bebé llorar así, y más cuando lo dejan en la escuela.
¿Ahora entiendes por qué tu mamá lloraba cuando te dejaba en la escuela? ¡Rompecorazones!
La verdad te recomiendo que leas artículos en internet de cómo hacerle para que la transición no sea tan difícil, entre hacer la despedida lo más corta posible y no escabullirte a la puerta, como cambiar un poco su horario y rutina. Es un pedo pero hay que hacerlo.
Ah claro, también se les puede fregar un poco su dormida ese primer día, par de días o toda la semana, y más cuando mi esposa y yo vimos que no era por la escuela sino porque al pequeño le está saliendo media dentadura de sus encías, dos colmillos y cuatro muelas. Ahí te encargo...
Pero bueno, espero estén aprendiendo un chorro en sus clases de pintura, resbaladilla 101 y música, y si algún día se quieren salir para fundar su propia empresa y convertirse en los próximos Bill Gates, adelante, y si ese día es la semana que viene, tampoco tengo problema.
Por Carlos Wollenstein para Naran Xadul
Carlos es papá primerizo de gemelos, niña y niño, suertudo él. Productor de profesión y bloguero entre cambios de pañal. Egresado como Comunicólogo y publicista de la Universidad de Texas en Austin. Mexicano de corazón pero viviendo en el extranjero, aprendiendo día a día el arte de ser papá. Sigue sus aventuras en su blog: http://historiasdeunpapa.com/