Los niños no se acordarán de muchas cosas, pero nosotros sí
El otro día mi esposo me dijo “ellos no lo recordarán”, mientras arreglaba a mis hijos para ir a conocer una biblioteca nueva de la ciudad. Esto me hizo pensar mucho, tenía razón en cierto punto, ellos no recordarán muchas cosas de las que hacemos hoy, los lugares, los juegos o las nuevas experiencias, pero nosotros sí lo haremos.
Algún día, en el futuro, cuando mi hija llegue a casa de la escuela y sólo se quede en su recámara haciendo sus cosas, recordaremos cuando quería pasar las tardes jugando con nosotros.
Cuando nuestro hijo llegue y nos presente a su nuevo y primer amor, recordaremos los días en donde las personas que más quería éramos nosotros.
Cuando escuche las risas de mis hijos ya de grandes, recordaré todas esas veces que reíamos jugando en el parque, cuando íbamos a los cuentacuentos, cuando cantábamos manejando.
Cuando me volteen los ojos porque ya son adolescentes, recordaré sus caritas de emoción cuando conocíamos un nuevo parque en la ciudad y me pedían que les diera la mano mientras se aventaban de la resbaladilla.
Cuando vea mi sala limpia y las paredes con la pintura reluciente, recordaré cuando me encajaba los legos en los pies y cuando decidimos designar la pared del corredor como pizarrón. Cuando veamos eso, extrañaremos las obras de arte en la pared, y los juguetitos de colores.
Y cuando los vea un día con sus propios hijos, volveré a recordar todo, las vacaciones, los parques, las excursiones familiares, los días que nos perdíamos en la ciudad, cuando jugábamos a las escondidas en la casa, y los veré a ellos hacer lo mismo.
Un día, cuando camine de nuevo por la playa, yo sola, voltearé a ver el mar y sólo tendré en mi mente los días tan bonitos que pasamos todos como familia, cuando mis niños corrían con papá a alcanzar las olas y cuando me la pasaba sentada en la arena jugando por horas con ellos.
Pero también me sentiré llena y en paz, por haber aprovechado todo con ellos, por haberles hecho vivir una niñez con muchas emociones y nuevas cosas, sin importar si se iban a acordar o no, porque el recuerdo de la felicidad siempre lo tendremos todos.
El día de mañana yo estaré ahí para recordarles lo chiquitos que eran, cuando les daba de comer de mi pecho, cuando lloraban en las noches pidiendo a mamá, cuando papá los rescataba de caer.
