En cuanto a criar niños pequeños se refiere ¿cuál crees que es el principal objetivo que debemos buscar sus padres o cuidadores?

Que se sientan queridos, que sean buenas personas, que adquieran habilidades. Todo eso se resume a una sola respuesta.

El principal objetivo que buscamos al criar a nuestros hijos es “que puedan vivir sin nosotros”.

Sí, así de duro, así de real.

Piénsalo, en el mundo animal, todos los mamíferos se enfocan en dar a sus crías las habilidades necesarias para sobrevivir por ellos mismos. Y una vez que creen que lo han logrado, adiós, a la vida.

Y ¿cómo podemos hacer que nuestros hijos aprendan a vivir sin nosotros?

Pues está lo básico, deben aprender a caminar, a alimentarse, a ser responsables de su higiene, pero luego está lo importante.

Deben sentirse seguros al estar lejos de sus padres.

¿Alejarme de mi bebé?

Tal vez la idea de que tu bebé algún día deje tus brazos te parece lejanísima, o tal vez la tengas bloqueada porque no quieres ni siquiera pensar en ello. Sin embargo, es nuestro deber ayudarlos a volverse más seguros e independientes de nuestro cuidado cada día. 

Un niño seguro e independiente tendrá relaciones más sanas con sus amigos, pareja, familiares y colegas de trabajo. ¿No queremos eso para nuestros hijos?

¿Cómo puedo ayudarle a ser más seguro?

1. Apégate a las rutinas: Sobre todo cuando son muy chiquitos. El mundo es un lugar desconocido e incierto para los niños. Tener una rutina les ayuda a generar confianza y certidumbre en el día a día. Si sé que mi mamá siempre me canta una canción antes de dormir, me siento seguro.
2. Déjalo explorar y cuídalo siendo su sombra: Tienen que conocer el mundo desde sus propios sentidos. Sé que la idea de que se lastimen puede ser aterradora, por eso hay que mantenerse cerca y tratar de eliminar de su entorno lo realmente peligroso para su integridad física. Pero si les alejamos todo, si no los dejamos explorar el mundo ¿cómo van a aprender?
3. Valora su esfuerzo, dile lo mucho que lo admiras pero enfócate en el proceso, no en el resultado. No vuelvas a tu hijo dependiente de tu aprobación, reconoce sus pequeños avances y refuerza el proceso que lo llevó a obtener ese avance. Por ejemplo “Subiste solo a la resbaladilla, pusiste mucha atención en donde ponías los pies”.
4. No hagas las cosas por él. Como regla, cualquier cosa que pueda hacer solo debe hacerla o intentar hacerla solo, aunque no tenga del todo dominada la actividad es con práctica y persistencia con la que logrará dominar las habilidades. 
5. No busques la perfección. No le hagas las tareas para que saque diez, no lo ayudes a colorear dentro de la línea, no le des de comer en la boca para que no haga tiradero. Al buscar la perfección limitas su experiencia y su aprendizaje. Recuerda que los errores tienen la gran función en la vida de ayudarnos a aprender.
6. No resuelvas sus conflictos. Desde darle las cosas adivinando el dedito apuntador, hasta ir a pelearte con la mamá del niño que no lo deja jugar. No quiero decir que saques las manos y lo dejes a la deriva, pero déjalo que utilice su creatividad en buscar cómo solucionar sus propios conflictos. Eso sí, mantente cerca, que sepa que siempre estarás ahí y que confías en que puede hacerlo solo.

Un último consejo:

Cuando hay sobreprotección, los niños suelen tener baja autoestima, inseguridad, son agresivos, inseguros, su tolerancia a la frustración es muy baja, y son fácilmente manipulables. Nadie quiere eso para su hijo o hija ¿o sí?