A veces no sabes lo que puedes hacer, hasta que lo haces…
Vida de mamá
Temblando y asustado, te me entregaron.
Tu pequeño cuerpo desesperado por pegarse contra el mío.
Y por un momento el peso de este llamado me dejó sin aliento.
Tú, tan quieto y contento.
Me siento honrada porque soy todo lo que querías.
Y ahora veo, soy más que suficiente.
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