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Cómo sé si mi hijo está pasando por un brote de crecimiento

Publicado: 14 de Junio 2021
Primeros meses
Foto: IG @mamakish
Foto: IG @mamakish

Durante la lactancia suceden algunas crisis en la demanda y producción de leche, que a pesar de ser completamente normales y superables, no son tan conocidas y esta desinformación hace que muchas dejen de amamantar en estos picos.

Se llaman brotes de crecimiento porque el bebé, conforme va aumentando su apetito va modificando la demanda de leche, es decir, necesita más y tiene que hacer que el cuerpo de su mamá produzca la suficiente de la única forma que se puede lograr, succionando más.

Estos episodios llegan a ser muy confusos, sobre todo para las mamás primerizas, pues los bebés se muestran incómodos, parecen no estar satisfechos después de comer y quieren estar pegados al pecho, mientras que las mamás sólo piensan que ya no tienen leche o no están produciendo lo suficiente.

Lo bueno de los brotes o picos de crecimiento es que son a una edad similar entre todos los bebés, por lo que es muy fácil identificarlos y evitar la suspensión de la lactancia.

El primer brote de las 3 semanas

Se da entre los 17 y 20 días de nacido, es muy fácil de notar porque a esa edad todo es muy tranquilo con los bebés, por lo que al llegar el brote tendremos un pequeño que quiere comer cada 30 minutos y que llora si no tiene el pecho en su boca.

Otro comportamiento de este brote es que los bebés a pesar de regurgitar la leche que acaban de comer, quieren seguir pegados al pecho, lo que causa todavía más confusión.

Dura de 3 a 5 días, y una vez que la producción aumente gracias a esta nueva demanda, todo regresará a la normalidad, al menos hasta el siguiente pico.

Brote del mes y medio

De nuevo el bebé necesita más cantidad de leche y sabe perfectamente cómo lograrlo, con mayor demanda, aunque la forma de hacerlo parecerá que no lo disfruta nada. La mayoría de los bebés lloran, patalean, se ponen muy nerviosos, lloran con el pecho en la boca, dan tirones al seno y tensan las piernas.

De nuevo parece que “no lo llenas”, pero no es así, al parecer en esta etapa también se da un cambio en la composición de la leche cambiando un poco su sabor, lo que no les gusta mucho al principio, pero después de una semana, todo volverá a la normalidad, antes de la crisis más delicada.

Brote de los 3 meses

Es el pico de crecimiento donde la mayoría de las mamás dejan de amamantar, pues no sólo afecta al bebé, también la mamá vive cambios y tarda aproximadamente un mes en que el patrón de alimentación se regularice.

¿Qué sucede en este brote? El bebé ya no pide comer tan a menudo y ahora hace tomas de minutos, algo que las mamás interpretan como un rechazo. Los bebés parecen comer más mientras están dormidos, pero cuando están despiertos parece que hacen todo menos comer, pues se distraen más fácil con las cosas que hay alrededor.

Todo eso, además de que los pechos comienzan a “desinflarse” y verse flácidos, hacen que las mamás opten por dejar la lactancia.

Lo que pasa con este brote es que los bebés en pocos minutos pueden succionar lo que necesitan, las conexiones neuronales en esta etapa están “despertando”, por lo que cualquier distracción es más interesante que el pecho, además de que su visión está mucho más desarrollada, por eso se sueltan cada 2 minutos.

Pero uno de los cambios más importantes sucede en la producción de leche, para optimizarla. Si antes el bebé tan sólo con pegar su boca recibía un chorro inmediato, ahora tendrá que esperar 2 minutos, esto no significa que no haya lo suficiente, sino que el cuerpo ha desarrollado un sistema de demanda más óptimo, por lo mismo ya no se sienten los pechos como antes y esto molesta mucho a los bebés, pues ahora tendrán que esperar por su comida.

Esta crisis es la más importante de conocer y superar con paciencia, pues es donde más abandonos precoces se dan de la lactancia.

Eventualmente se darán otras crisis al año y a los dos años de edad, ambas serán parecidas: bebés pidiendo más pecho de lo normal, rechazo a otros alimentos y mostrarse insatisfechos.

Qué hacer durante las crisis:

  • Jamás hay que forzar a los bebés a tomar del pecho si no quieren ni obligarlos pues podríamos provocar un rechazo real donde hasta el momento sólo era una crisis pasajera.
  • Busca darle el pecho en lugares tranquilos, con poca luz y las menos distracciones posibles.
  • No esperes a que llore de hambre para darle de comer pues estará en la etapa de desesperación gracias a la ansiedad, lo que hará más difícil la toma.
  • Ten paciencia y piensa que es una crisis pasajera que se irá así como llegó.
  • Y no dejes de amamantar a tu bebé por nada del mundo, tu leche es suficiente y produces la justa medida que necesita.

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Fuente: Alba Padró, Asesora de lactancia.

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