Tiempo en el piso: Lo que los bebés necesitan para un mejor desarrollo
¿Qué harías si tu hijo pequeño -quien está en sus primeros intentos-, quiere sentarse, voltearse o pararse a caminar?. Seguramente lo ayudarías, lo animarías, lo dejarías, confiarías en que lo logrará o, simplemente, lo levantarías.
Ante estas situaciones, lo ideal sería que confiemos en él y lo dejemos hacerlo por sí solo, basta con estar cerca para vigilar y actuar en caso de ser NECESARIO, es decir, que exista un peligro que pueda ponerlo en riesgo.
El desarrollo motor es espontáneo; si se les proporcionan ciertas condiciones, los niños alcanzan por sí mismos un desarrollo motor adecuado. El adulto no "enseña" movimientos ni ayuda a realizarlos, y los niños se mueven y se desarrollan regidos por su propia iniciativa. Por otro lado, no le deberíamos impedir al niño la realización de ningún movimiento, por lo que en este sentido es completamente libre: si un niño que camina quiere reptar y rodar, no hay nada de malo en eso.
Cuando dejamos que el niño explore y se mueva a su ritmo, le estamos ayudando más, que si lo levantamos o lo ponemos en la postura que él necesita. ¿Sabes por qué? Básicamente, le estamos dando tiempo para que mejore sus habilidades motrices, le estamos dando la oportunidad de darse cuenta de todo lo que puede hacer con su cuerpo.
De acuerdo con la educadora Magda Gerber, fundadora de Resources For Infant Educarers (RIE), no sólo les mostramos confianza en ellos, sino que les damos tiempo para alcanzar sus hitos de desarrollo en el momento que así lo están requiriendo.
Es decir, no estorbamos ni interferimos en su proceso de desarrollo. Al contrario, permitimos que fluya naturalmente.
Así que papás y mamás, hay que relajarnos y dejar a un lado las comparaciones de nuestros hijos con sus pares, lo cual muchas veces hace que forcemos el proceso y no se logren los resultados esperados.
Recordemos que cada pequeño tiene su propio ritmo de desarrollo y cumplirá con todas las cosas del proceso a su debido tiempo como voltearse, gatear, sentarse, pararse, trepar, caminar, correr y saltar.
Apoyemos de verdad ¿Qué debemos hacer?...
Es importante que ellos tengan espacio suficiente para moverse y ropa que les permita mover sus miembros cómodamente. El espacio para los niños debe además ser seguro y estar adaptado a ellos. Y si bien el adulto está siempre junto al niño y lo incentiva a desarrollarse, no debería ofrecerle su ayuda en lo que a movimientos respecta: no se lo sienta, no se lo pone de pie, no se le ofrece un dedo para que pueda sostenerse ni se lo "tienta" con juguetes para que avance.
La autora aclara que la no intervención del adulto no se debe a una falta de interés en el niño; por el contrario, los adultos festejan con regocijo el adelanto del niño, como lo harían si ellos hubieran intervenido en el desarrollo de manera activa. Por último, el adulto debe mantener con el niño una relación paciente y respetuosa.
Cuando nuestros hijos se mueven por sí mismos sin nuestra intromisión, están ganando confianza y seguridad en ellos mismos, porque cada acción la están iniciando y terminando solitos.
Además, están ganando la fuerza muscular, la flexibilidad y el equilibrio que requieren para la etapa que sigue. Incluso, tener un buen control motor ayuda a los niños a explorar el mundo que los rodea y también mejora su desarrollo cognitivo. Fuente Janet Lansbur