¡Digamos SÍ a la alimentación intuitiva con nuestros hijos!
Dejemos de calificar y categorizar a los alimentos como buenos o malos, de usar la comida como una recompensa o un castigo para nuestros hijos, y pongamos en práctica la alimentación intuitiva.
Todos los bebés nacen siendo comedores intuitivos, pero cuando empiezan a crecer, su demanda de alimento disminuye, lo que nos genera muchas preocupaciones como papás y por ende, adquirimos hábitos como “satanizar” los alimentos.
Como papás tenemos que confiar en que los niños saben cuánto deben de comer y cuántas veces al día para su correcto desarrollo.
No hay alimentos buenos, ni malos, ni mucho menos prohibidos, como se menciona en el siguiente video:
Dejemos de catalogar los alimentos como buenos o malos y fomentemos que los niños escuchen su cuerpo. Evitemos ofrecer dulces, helados y refrescos como recompensa, ya que sólo los estamos sobrevalorando.
Como papás debemos ofrecer diferentes opciones y darle la libertad a los niños para que puedan elegir qué comer, así como la cantidad.
Los papás eligen qué se come y los niños deciden cuánto.
No les enviemos un mensaje erróneo sobre su alimentación, ni relacionemos su estado de ánimo con la alimentación. Mejor con nuestro ejemplo y guía enseñémosles a disfrutar sus alimentos.
Los alimentos no compiten, no son unos mejores que otros, están ahí disponibles para disfrutarse, para nutrirnos y para satisfacer la necesidad más importante de los seres humanos.