¿Preocupada por los “terribles dos”? Entonces ni te imaginas lo que vendrá con tu “mini adolescente” a los tres
No se trata de asustarte ni de quitarte la esperanza, pero si tu hijo está por cumplir los tres años y piensas: “pronto pasarán los terribles dos, pronto acabarán los berrinches”, más vale que te prevengas, ya que lo tremendo está por comenzar.
Espera, no es para que corras ni sufras por adelantado, al contrario, es para que entiendas la razón por la que tu hijo tendrá actitudes muy parecidas a las que tiene un adolescente. No en vano se les llama “mini adolescentes”.
Para que imagines un poco lo que pasará, sólo responde esta pregunta: ¿recuerdas cuando tú eras adolescente?
Seguramente no querías que nadie te molestara, tomabas tus propias decisiones, las cuales defendías ante cualquier crítica; y (consciente o inconscientemente) llevabas la contra a alguna autoridad simplemente porque no te satisfacía lo que te proponían o porque te sentías muy independiente.
Justo eso es lo que experimentará tu pequeño de tres años, y por eso, se vuelve “contestón”, difícil y rebelde. No dudará en decirte: “mamá, estoy ocupado”, “quiero jugar solo”, “yo puedo hacerlo solo”, “quiero sandwich en cuadritos”.
Su estado de ánimo parecerá un subibaja: estará feliz, al segundo parecerá “Hulk” o se sentirá triste hasta llegar al llanto.
También prepárate para ver cómo subirá los hombros para darte a entender que no le interesa algo o de plano, te ignorará, aunque le estés gritando su nombre o repitiendo hasta 10 veces que haga las cosas.
¡Uff! Parece que será agotador. Sin embargo, la clave para superar esta etapa es entender por qué los niños de tres años son terribles mini adolescentes y justo así comprenderás que las razones son maravillosas.
¡No es tan malo como parece!
Desde los dos años, los pequeños están descifrando un mundo de emociones, no entienden qué pasa y su manera de expresarlo es a través de llantos, gritos y otras actitudes que ya conoces muy bien, porque su lenguaje está en desarrollo.
Pero, cuando llegan a los realmente TREMENDOS TRES, los niños ya pueden expresarse mejor, empiezan a negociar, forman su propia personalidad, su carácter y sus gustos, pero aún tienen que aprender a autorregularse.
Una vez que descubren que pueden hacer las cosas por sí solos y no depender tanto de mamá o papá, quieren practicarlo cada vez más y desafían todo, en pocas palabras, están “probando” los límites.
También es importante entender que en esta edad los niños están aprendiendo y conociendo el mundo social, y cómo las personas influyen unas en otras, por lo que le resulta interesante moverse de roles y ver qué estrategias le acomodan o funcionan mejor para cumplir sus deseos. Juega a ser bueno o malo, obediente y colaborador, así como rebelde; elijan mientras experimentan cuál estrategia les sienta mejor.
Por eso es importante que no tomes ninguna de sus actitudes como algo personal, simplemente trata de entender el proceso y poner en práctica algunas recomendaciones como las que brinda Michael McKenna, pediatra de Indiana University Health.
1. Sé comprensiva, toma en cuenta que tu hijo adquirirá habilidades nuevas, pero aún no controla sus emociones por completo, así que lo mejor es que le ayudes a entenderlas y qué mejor que con el ejemplo. Por ejemplo, si gritas, él entenderá que esa forma de expresarse es normal y puede hacerlo.
2. Sé firme y consistente. Si estableciste una regla, respétala al 100%, incluso, pídele a las personas que estén a su alrededor que también lo hagan. Sólo así entenderán los límites. También puedes aprovechar para enseñarle las consecuencias naturales de sus actos.
3. Anticipa el cambio a alguna actividad con tiempo. Es decir, si tienen que salir de casa o dejar de hacer algún juego, avísale que tiene sólo unos minutos más para terminarla y no pedirle de “golpe” que lo haga.
4. Permite que tenga control sobre las cosas que son seguras para tu pequeño, como el vestirse solo, lavarse los dientes solo. Estas pequeñas muestras de independencia le servirán muchísimo.
5. Utiliza el juego y el humor como estrategias. Los preescolares naturalmente gustan de jugar y tienen un gran sentido del humor por lo que son tus grandes aliados.
6. Enséñale buenos hábitos de sueño. Si descansa bien y tiene un sueño reparador, su estado de ánimo será estable y tendrá un mejor desarrollo cognitivo.
Finalmente, aprovecha que a esta edad son como “esponjas” que absorben todo el conocimiento y que su creatividad está a su máximo potencial, así que busca actividades que le llamen la atención y que le ayuden en esta transición.
Tal vez te identifiques con esta carta titulada “A mi hijo menor que hoy cumple tres años”, y quieras dedicársela a tu pequeño.
Si no sabes cómo lidiarás con esta etapa, te recomendamos el curso en línea “Manejo de Límites y Berrinches para Preescolares”, donde aprenderás las estrategias más eficaces para controlar esta etapa.
Fuente: Karen Zaltzman, Coach de crianza
Riley Childrens Health of Indiana University Health, Practical Research Parenting