¿Para qué tuviste un hijo?
¿Te has hecho esa pregunta? Yo no sé si tenía tan claro para qué quería tener un hijo, pero sí me imaginaba algunas cosas. Me imaginé leyéndole cuentos para dormir, me imaginé en el parque jugando a los columpios, pensé en meterme con él en la tina, pensé en pasar la tarde dándole lechita y cantándole canciones.
No te conozco y solo puedo imaginarme que quizás, cuando viste esas dos rayitas en el test de embarazo e imaginaste la vida que estaba por delante, pensaste cosas parecidas, pensaste en darle su primera comida, ponerle ropita, hacerle masajes.
No creo que te hayas imaginado dejándolo en su cuarto a oscuras, cerrando la puerta y escuchándolo llorar por horas para que aprenda a dormir solito.
Por el contrario, quizás te imaginaste en una mecedora cantando, quizás te imaginaste paseando a tu bebé en brazos y mirándolo dormir.
Yo sé que la vida se pone difícil y que esos sueños que soñamos no siempre pueden verse así. ¿Pero qué pasa que a veces nos desviamos? ¿Será que nos hicieron creer que todo eso que deseamos era malo?
Esta noche, junto a tu bebé, haciéndolo dormir, meciéndolo de aquí para allá, pensando en la noche que está por venir.
Hoy te invito a cerrar los ojos e imaginarte soñando, eso que querías vivir hoy está pasando, solo tenemos que estar lo suficientemente despiertas para disfrutarlo.
Texto y foto: @marlylactancia