La carta que todo recién nacido debería traer bajo el brazo

Queridos mamá y papá:

Por favor perdónenme si lloro mucho.

Soy un ser pequeño e inmaduro, con mi propia personalidad; el tiempo pasa rápido y cuando menos se den cuenta, esta etapa habrá pasado, así que disfrútenme.

Dedíquenme un poco de tiempo para conocerme, descubrir quién soy, en qué soy diferente a ustedes y qué les puedo ofrecer.

Aliméntenme cuando tenga hambre, no entiendo nada de horarios ni de relojes. Cuando estaba dentro del vientre de mamá, nunca pasé hambre.

​Por favor, llénenme de abrazos, besos y caricias, arrúllenme y platiquen conmigo. Cuando estaba dentro de tu vientre mami, me sentía siempre cuidado y muy cerca de ti; nunca me dejabas solo.

No se sientan desilusionados o decepcionados porque no soy un bebé perfecto o el que soñaban. Tengan un poco de paciencia con ustedes mismos si no son los padres que esperaban ser.

Por el momento no esperen mucho de mí… soy un recién nacido. Tampoco se exijan mucho como papás. Necesitamos conocernos más para acoplarnos y disfrutar de esta maravillosa etapa.

Lo que sí podemos hacer es darnos seis semanas como regalo de cumpleaños. ¿Para qué? Muy sencillo, en ese tiempo creceré, maduraré, me estabilizaré y encontraré mis propios ritmos. En tanto, ustedes se conocerán como papás y aprenderán que ya soy parte de su vida.

Perdónenme si lloro demasiado, tengan paciencia por favor. Intentaré llorar menos para que disfruten de mi compañía.

Obsérvenme para que descubran que, aunque no hablo, me puedo comunicar con ustedes (gestos, gemidos, sonrisas o llanto). De verdad, no soy ningún tirano que les amargará su vida, pero por ahora es mi único medio de comunicación con ustedes; a través del llanto puedo avisarles que no estoy bien y necesito de cuidados y atención, ya sea porque tengo hambre o me molesta algo.

No tengan miedo, soy más fuerte y resistente de lo que parezco. Puedo soportar algunos de los errores que cometen por la inexperiencia. Recuerden que todo saldrá mejor si me tratan con amor y ternura.

Les agradezco ser su prioridad, pero jamás se olviden de ustedes. Coman bien y descansen cuando puedan, para que estén sanos y fuertes para cuidarme. Aprendan a establecer prioridades, lo que puede o no esperar. Si toman las cosas con calma, todos estaremos mejor.

Quiero pedirles otro favor, cuiden su relación de pareja para que crezca el amor que existe entre ustedes, así podremos construir un hogar feliz y amoroso.

Aunque mi presencia altere un poco (o mucho) su vida, recuerden que es solo algo pasajero y que después de algunos años, todo volverá a la normalidad o será mejor. Se los garantizo.

Con amor, su recién nacido