Déjalo escoger su ropa. Le traerá grandes beneficios
En casa dejamos que los niños elijan su ropa.
Como mis hijos son muy pequeños (3,6 y 1,8) les doy dos o tres opciones y ellos escogen, combinan y agregan accesorios a su gusto. Darles alternativas no es limitarlos, es por la economía del hogar y salud: si está nevando afuera y mi hijo decide salir en calzones probablemente se enferme, o si todos los días se pone el mismo atuendo sin darme chance de lavarlo es poco higiénico.
Hay ocasiones especiales en las que puede ser más complicado dejarlos elegir, pero en general, dejarlos escoger tiene muchísimas ventajas:
- Los ayuda a expresar sus gustos en cuanto a colores, texturas, combinaciones y su estado de ánimo.
- Les permite mostrar su individualidad frente a la masificación.
- Promueve su Independencia.
- Evita conflictos y ahorra tiempo. Cuando es el niño el que elige, seguramente se cambiará mucho más rápido que si tratamos de que se ponga algo que no le gusta o con lo que no se siente cómodo.
- Les enseña la importancia de cuidar la ropa. Mi hijo ha aprendido que si llena su traje de superhéroe de comida o se tira en el barro deberá esperar al menos un día para usarla de nuevo porque hay que lavarla. Eso lo ayuda a dimensionar la importancia de cuidar algo que le gusta mucho.
- Es divertido ver las combinaciones que escogen. En casa hoy tengo un Ninja con rosario y gorra de béisbol, el otro día tenía a una niña Spiderman con corona y hace una semana un pirata con casco de caballero y pantalones de pijama. Estos atuendos quedarán grabados en mi mente por siempre.
- Los hace sentir orgullosos y empoderados. Cuando mi hijo se mira al espejo luego de escoger su vestuario, veo ese brillo en sus ojos que no tiene precio.
- Favorece el apego. Si los dejamos elegir, los niños sienten que son tomados en cuenta, que confiamos en su criterio y que NO los amamos en función de cómo lucen sino de quienes son.
Recuerdo cuando mi mamá me obligaba a usar camisas con cuellos gigantes llenos de puntillas y como yo las odiaba y ni bien salía de casa metía el cuello de la camisa para adentro porque me hacía sentir tonta y ñoña.
En definitiva, aunque tratemos de imponer nuestros gustos, los niños encontrarán una forma de hacer valer su opinión porque son seres distintos a nosotras. Podemos entonces elegir entre generar una tensión innecesaria con ellos o aceptarlos como son, incluyendo sus gustos por más excéntricos o diferentes de los nuestros que sean.
Dejar el ego de lado y dejar de preocuparnos por el qué dirán es difícil, lo sé, pero vale la pena intentarlo.
Por Ana Acosta Rodríguez, Mamá Minimalista para Naran Xadul.
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