¿Cómo hacer que tu hijo coma verduras?
En muchas ocasiones, a los niños no les atrae la textura, el color o el sabor. A ellos no les importa si tienen vitaminas, fibra o antioxidantes que les ayudan en su desarrollo, simplemente piensan: “sabe feo”, “no me gusta”, y eligen otros alimentos que sean agradables a su vista y paladar.
Por esta razón, son los papás los que tienen que pensar cómo lograr que sus hijos coman por lo menos una pequeña porción de verduras junto a los demás alimentos y crearles el hábito de hacerlo durante toda su vida.
Algunas formas de lograrlo son:
1. Ofrecer el tamaño de una uña para probar, en lugar de ponerles un plato lleno de vegetales. Esto es más atractivo y no lo sienten como si los estuvieran obligando.
2. Dale opciones dentro del mismo grupo, por ejemplo: ¿quieres pollo o carne?, ¿brócoli o calabacita?, así es más fácil que acepten una opción y la escojan. De lo contrario, elegirán el alimento más atractivo para ellos.
3. Haz que participen en la compra y preparación de los vegetales. Por ejemplo, llévalo contigo y compren juntos la calabaza, el brócoli, la zanahoria, deja que sienta las texturas, los olores. Después, pídele que te ayude a cocinarlas y a probarlas para ver si ya están listas.
4. Agrega especies a las verduras, ya que a los niños les encanta acompañar los vegetales con algo más como con un dip o aderezo.
5. Come con ellos, que vean que tú también comes verdura es una pauta importante para que ellos la introduzcan en su dieta por imitación.
6. Sé creativa. Si el chayote no le gustó en trozos, intenta en papilla, en sopa o mezclado con otros alimentos; existen pouches Gerber de verdura con fruta para introducir poco a poco distintos sabores y lo acepte mejor.
Lo importante es que no te desesperes ni pierdas la esperanza, ya que estudios aseguran que al menos debemos intentar 13 veces para definir que un alimento no le gusta a un pequeño, así que preséntale el alimento varias veces antes de que los niños se animen a probarlo.
Además, es todo un proceso donde primero se tienen que sentir cómodos con lo que están probando, lo toleran en su plato, lo huelen, lo prueban, lo mordisquean, lo tragan o escupen, lo aceptan y en un futuro, ellos solitos lo piden.
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