Publicidad

Cómo encontré la increíble belleza en mis mañanas ajetreadas

Publicado: 10 de Abril 2018
Vida de mamá
Foto: IG @soymamarula
Foto: IG @soymamarula

Antes de que amanezca, antes de que mis hijos abran sus grandes ojos. 

Antes de escuchar el “mamaaaa” que nunca falla. 

Yo me levanto de mi cama y camino de puntitas saboreando el único momento del día en que mi casa está mágicamente en silencio. 

Y entro sin hacer ruido al cuarto de mis hijos y me quedo unos minutos admirando su perfección. 

–¿Cómo pude crear algo tan perfecto y hermoso? –Me pregunto maravillada.

Antes que la histeria comience, antes de perseguir medio vestido a un niño de 3 años semi-desnudo a través de la cocina, mientras intento empacar una lonchera y de pelear con un bebé que no quiere comer. 

Antes de todo eso, me siento tranquila frente a la ventana a respirar un poco, y me pongo a agradecer en mi mente todas las maravillas y milagros que tengo conmigo. 

Y agradezco por esos niños ruidosos y perfectos que aún están dormidos.

Antes de que comience el ruido, me tomó unos minutos a solas para mí, para pensar, tomar mi café caliente y poder prepararme y desayunar tranquila un delicioso licuado de frutas con avena Quaker sin que nadie me apure.

Para meditar y agradecer.

Y en la calma, es cuando valoro el ruido.

 

Avena

 

Ese pequeño regalo que me doy a mí misma, me hace toda la diferencia en mi día.

Me da claridad, paciencia y salud mental.

Y cuando oigo los ruidos de niños pequeños bajándose de la cama o gritando: “mamá”.

Yo estoy más que lista para recibirlos.

Porque gracias a que tuve mi momento especial, puedo estar mejor para ellos.

Publicidad
Publicidad
Publicidad