Padre que maltrata a su hijo lleva un herido dentro
Las frases de los tíos y papás sobre los nuevos modelos de crianza respetuosos, que usan más como argumento para defender los golpes en los niños, me parecen sumamente terribles.
Esas frases de “Yo agradezco que me hayan pegado porque así aprendí”, o “a mi me daban mis nalgadas y no estoy traumado”, o “los niños de antes se portaban mejor y sabían decir por favor y gracias y eso fue por las buenas nalgadas que les daban”.
Estos mitos que muchos sostienen solo demuestra que no han leído los miles de estudios que están en contra de los niños, que solo conocen a uno o dos niños y por lo tanto generalizan con que los “niños de ahora” son diferentes porque les falta la mano dura. Todo esto es falso.
Sandra Ramírez, creadora de Sin gritos Ni castigos, dice que las personas que fueron maltratadas en su infancia y no se “traumaron”, no se han dado cuenta de la herida emocional que tienen. Cuando dicen “a mí me pegaron y castigaron y no me traumé”, solo están diciendo que no se han dado cuenta de la herida emocional que cargan.
Esto porque los traumas se refieren a heridas emocionales severas, intensas y grabadas en la memoria de forma consciente a partir de eventos que fueron sumamente difíciles para la persona, como accidentes, asaltos, una muerte, violación o secuestros.
Pero los golpes no entran en esa definición, para ellos, ni los castigos, ni los gritos, porque son más frecuentes y de manera consistente. Error.
Imagina que de niño recibes golpes a diario por cosas que no sabes expresar porque tu cerebro aún no está listo para hacerlo y en lugar de recibir el apoyo de quien más amas, solo recibes golpes. Ese es un trauma para un niño, que se va normalizando en la medida en que sucede con mayor frecuencia. Pero el trauma sigue ahí.
La experta hace la comparación con una herida que tiene un sangrado interno. Por fuera no lo ves, pero existe en el interior.
Entonces solo con un proceso terapéutico y de internalización las personas que “no se traumaron”, podrían admitir que tienen esas heridas, solo así podrían ser conscientes. Por lo tanto, los padres que golpean a sus hijos, solo están cargando con la herida que les dejaron los suyos, y al no ser conscientes de esto, siguen repitiendo el mismo patrón, porque no se han dado cuenta del daño que causa.
Me gusta pensar que para ser mejor mamá es importante atenderte a nivel emocional y cerebral con expertos, que no hay mejor terapia que la de ir con un psicólogo porque entre más consciente estés de lo que no te gustó a ti durante tu infancia, más cambios podrás hacer con tus hijos.
Pero también se necesita ser valiente para conocer estos traumas, soltarlos y perdonar a tu padres.