Más del 60% de los niños que se exponen a la contaminación en la Ciudad de México tendrá problemas respiratorios
Ciudad de México, eres hermosa.
Cada fin de semana ofreces un plan diferente, tienes una oferta cultural enorme para el desarrollo de nuestros niños; amamos habitarte, recorrerte y disfrutarte, ¡pero verte tan contaminada es triste y hace daño!
Parece que nos hemos acostumbrado a la nata, a los amaneceres grises, al olor que despiden los millones de autos que transitan por la ciudad, a estar congestionados y tener que usar productos naturales o farmacéuticos en nosotros y en nuestros hijos –todos los días del año– para aliviar las gargantas resecas, los ojos llorosos, las narices tapadas…
Las últimas noticias dicen que el gobierno está apostando por una ciudad más libre de contaminación, al contratar un grupo de investigadores nacionales e internacionales que se han comprometido a entregar un programa para mejorar la calidad del aire. Según Claudia Sheinbaum, en el último sexenio las medicinas tuvieron una tendencia a la alza y los padecimientos respiratorios aumentaron considerablemente.
Pero, ¿qué medidas adicionales, qué esfuerzo extra podemos hacer nosotros como papás para proteger a nuestros hijos en una ciudad en la que ellos son los seres más vulnerables?
Antes que nada, permanece pendiente de los sistemas de contingencia. Si la calidad del aire es mala ese día:
1. Evita las actividades al aire libre (incluya o no actividad física). Si tus hijos van a la escuela, asegúrate de que la institución siga el protocolo ambiental que dictan las autoridades sanitarias locales y, una vez terminado el día escolar, quédense en casa durante el resto del día.
2. Aunque parezca una medida extrema, en días donde las partículas de polución están a todo lo que da, colócales una mascarilla industrial que tape nariz y boca en trayectos largos o cortos. Si deben permanecer en la calle, no te cuestiones esta medida por pena a que los vean raro. A estas alturas, ninguna medida es en vano.
3. El doctor John Holloway, profesor de alergia y genética respiratoria en la Universidad de Southampton, asegura que tomar calles secundarias y caminar a través de parques en lugar de las vías principales, pueden ayudar a reducir la exposición a partículas nocivas. Cada esfuerzo y cambio pequeño pueden hacer la diferencia.
4. En lugar de barrer, prefiere limpiar el piso con un trapeador húmedo para no re-circular lo que estás tratando de eliminar.
5. Si alguno de tus hijos sufre de rinitis, sinusitis, faringitis, asma o algún otro padecimiento respiratorio, consulta con el pediatra sobre la terapia de nebulización (si es que aún no la tiene indicada). El Dr. Jorge Iván Rodríguez Martínez, neumólogo del Centro Médico Coyoacán, asegura que ésta es una excelente opción para humidificar las vías aéreas, fluidificar las secreciones, despejar las vías respiratorias y facilitar la respiración. Las nebulizaciones pueden realizarse con agua, suero fisiológico o medicamentos, según las necesidades del paciente.
6. Apenas tus hijos vuelvan de la escuela, cámbialos de ropa. Los contaminantes en los textiles tienen un efecto inflamatorio en el cuerpo. Esto puede evitarse con el simple hecho de lavarse manos, cara y ponerse algo más cómodo para el resto del día.