Súper mamás: la epidemia de nuestra época
En estos tiempos las mamás nos enfrentamos a innumerables presiones en relación a la maternidad y a nuestra vida.
Nos imponemos demasiadas expectativas imposibles de cumplir que generan que uno se sienta frustrada y agotada.
Por un lado, queremos ser excelentes madres, con paciencia y tolerancia para nuestros niños, nos exigimos ser enfermeras, choferes, entrenadoras, hasta nutriólogas y maestras para ellos, además queremos ser divertidas y estar de buen humor siempre.
Por otro lado, sentimos la necesidad de ser perfectas profesionales, entregadas esposas, hijas responsables, amigas incondicionales y para colmo vernos bonitas sin olvidar estar en forma.
Con la fantasía de poder realizarlo “todo” y nunca quedarnos atrás en nada. No vaya a ser que los hijos de la vecina esten mejor vestidos o que nuestros hijos no sepan dos idiomas desde chiquitos.
Es como si quisiéramos ser Súper-mamás todopoderosas.
Esto no es posible, ¡Es irreal pensarlo!
No alcanzan en el día las horas y los días en la semana para cumplir la interminable lista de pendientes…. Tantas expectativas impuestas por la sociedad y por nosotras mismas, nos provocan estrés y ansiedad, además de un desgaste significativo a nivel físico y emocional.
En el acelere por ser las madres perfectas nos olvidamos de disfrutar el día a día con nuestros hijos, ignorando las pequeñas cosas que son las que realmente nos llenan como madres.
Por si fuera poco, nos sentimos evaluadas y juzgadas por los demás y lo más triste es que con tal de cumplir, somos capaces de sacrificarnos a nosotras mismas o dañar la relación con nuestros hijos para atender la agenda establecida:
Cuántas veces por estar apresurándolos terminamos en gritos y amenazas.
Es momento de preguntarnos:
¿Es necesario cumplir con TODAS esas expectativas?, ¿Nos importan realmente, todas esas metas a corto y mediano plazo?,¿ Es necesario hacer todo YO?, Debemos disminuir el nivel de exigencia y bajar el estrés para empezar a disfrutar más. Nuestros hijos crecerán rápido.
Debemos disfrutar los pequeños momentos a su lado. Empezar a estar más satisfechas con todo lo que hemos logrado y pensar que al final de cuentas no deseamos que nuestros hijos nos recuerden como una madre estresada, saturada e impaciente, sino como una madre que acepta sus debilidades y que es feliz.
Por Adina Galante Para Naran Xadul
Adina es psicóloga de profesión, con maestría en terapia cognitivo-conductual, terapeuta emocional de niños y adultos y mamá de dos niñas.