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Demuéstrale tu amor con estos masajes

Publicado: 8 de Febrero 2018
Todas las edades
Foto: IG @native_mamma
Foto: IG @native_mamma

El contacto de tus manos con la piel de tu bebé tiene muchos beneficios.

Por ejemplo, un estudio de la Dalhousie University señala que un masaje ayuda a calmar el llanto de tu pequeño. Otros beneficios de esta terapia es que tu hijo: 

  • Tendrá una mejor digestión y reducirá la presencia de gases o estreñimiento.
  • Se enfermará menos, porque refuerzas su sistema inmunológico.
  • Tendrá buen todo muscular, coordinación y flexibilidad.
  • Dormirá como un angelito toda la noche.
  • Tendrá mayores habilidades cognitivas

Si por las noches tu pequeño no puede dormir bien, tiene cólicos o llora sin razón aparente, prueba aumentar la "dosis" de contacto físico con él a través de besos, abrazos y caricias, las cuales puedes convertir en un delicioso masaje.

​¿Cómo dárselo?

Lava tus manos y caliéntalas con un poco de aceite o crema, antes de tocar la piel de tu pequeño. Es importante que uses movimientos suaves. Ahora sí… ¡Empieza la relajación! 

1. Relaja sus piernas. Toma uno de sus muslos con tu mano y bájala con movimiento suave, pero firme (como si la apretaras). Ve alternando tus manos. Repite en la otra pierna. 

2. Giros a los pies. Agarra su pie y gira de un lado a otro. Presiona ligeramente la parte de arriba, desde el tobillo hasta los dedos. Mueve de forma circular tus pulgares en su planta del pie. Al final, estira cada dedo.

3. Sigue con sus brazos. Toma un brazo y haz un movimiento con tus manos como si fueras a exprimir su brazo (MUY SUAVE). Recorre tus manos poco a poco. Inicia en la axila y termina en su muñeca.

4. Extiende sus manos. Haz movimientos circulares con tus pulgares en la palma y estira sus dedos ligeramente.

5. Acaricia la “pancita”. Si tu hijo sufre de estreñimiento, gases o cólicos sólo tienes que poner tu mano sobre su estómago y deslizarla hacia abajo durante unos segundos. Después desliza tus pulgares hacia los lados.

Haz movimientos circulares con tus manos, siguiendo la dirección de las manecillas del reloj. Dobla sus piernitas y presiónalas un poco contra su estómago (haz 10 repeticiones), y al final vuelve a hacer movimientos circulares.

6. No te olvides de la espalda. Ponlo boca abajo y con tus dedos dibuja pequeños círculos a los lados de su columna vertebral, desde el cuello hasta las nalgas. Finalmente, dale la vuelta, dale un gran abrazo y beso, y dile cuánto lo amas.

Lo más recomendable es que los masajes se den después del baño o antes de dormir, aproximadamente durante 15 minutos. Cuida que la habitación esté calientita o no haya corrientes de aire, y que tenga iluminación tenue.

Ah! No olvides acompañar este momento con una música relajante, con sonidos de la naturaleza o los famosos lullabies para bebés.

 

 

Fuente: NCBI

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