¿Qué hacer si tu hijo quiere pegar?
¿Tu pequeño trata de pegarte cuando se enoja? ¿Cuando convive con otros niños, los empuja y les pega?
Aunque no lo creas, hay una edad en la que es normal que los niños peguen. Hasta los dos o tres años, cuando aún no tienen la herramienta de la palabra para lograr expresar lo que les sucede, lo hacen desde lo corporal. Su herramienta de expresión es el cuerpo. Entonces, en situaciones de enojo, frustración o malestar frente a la incapacidad de expresarse desde el lenguaje, los niños utilizan el cuerpo, dando por resultados los golpes.
A medida que van creciendo y consolidando su lenguaje, los niños podrán expresar lo que les sucede sin tener que usar el cuerpo. Mientras tanto, ¿Qué debemos hacer? Nuestro amigos de Psicología para niños nos dices qué hacer:
Hay que entender que si pega es porque algo le sucedió y le generó malestar.
Luego es importante validar el sentimiento y ayudarlo a resolver la situación. Por ejemplo: nuestro hijo pegó luego de forcejear por un juguete con un amigo, quien no se lo quiso prestar. En ese momento nosotros podemos reconocer que el enojo es porque no le quisieron prestar el juguete, y ayudarlo a resolver la situación favoreciendo un acuerdo entre los niños, por ejemplo, o buscando otra cosa por la que nuestro hijo muestre más interés.
Es muy importante tener en cuenta que no es suficiente con decirles que no deben pegar. Debemos ayudarlos a encontrar otras formas de vincularse y de descargar su frustración. Algo que los ayudará es habilitarles lugares apropiados para realizar la descarga de su enojo.
Si nuestro hijo nos quiere pegar o le quiere pegar al hermanito porque está enojado, no limitarnos a decirle que no se pega porque duele; otra opción es decirle que a nosotros nos duele que nos pegue pero que si está enojado y quiere pegar, podemos buscar un lugar donde sí pueda hacerlo, por ejemplo a un almohadón.
Otras opciones de descarga pueden ser romper papeles o dibujar “el enojo”. Esto permitirá que el niño se sienta comprendido, se libere del malestar y termine por transformar en juego algo que era inadecuado o conflictivo. De esta manera, lejos de negar lo que le sucede al niño, se lo acompaña a reconocer sus sentimientos y descargar su malestar.
La etapa en que los niños pegan pasa con el tiempo, conforme vayan creciendo, y es importante que, como mamás y papás, podamos acompañarlos de la mejor manera y ayudarlos a resolver los conflictos con otras herramientas. Alrededor de los 4 o 5 años los niños ya cuentan con otras estrategias frente a las situaciones que le generan malestar y frente a sus frustraciones.
Fuente: dulcecrianza.blogspot.mx
Por Psicología para Niños Para Naran Xadul
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