Una madre ausente deja heridas difíciles de sanar en los hijos
Ese abrazo, beso o apapacho de mamá es algo tan necesario en la vida, que no importa si eres niño o adulto, simplemente te deja una sensación de bienestar inexplicable. Ahora, imagina el otro lado de la moneda: ¿cómo sería tu vida y tu personalidad si tu mamá hubiera estado ausente?
Aunque para algunos es algo inexplicable, hay casos en que la mamá está ausente durante toda la infancia o en momentos claves del desarrollo del pequeño, por lo que va causando heridas difíciles de sanar en los hijos.
Pero, espera, es importante aclarar que este tipo de ausencia no es cuando la mamá está fuera de casa por el trabajo u otros compromisos, ya que puede estar junto al niño todo el día en casa y aún así está ausente porque está distraída en otros asuntos.
La ausencia a la que se refieren los especialistas de PsychCentral es aquella donde no existe ninguna presencia segura y amorosa por parte de la mamá. Es cuando esa persona clave en la vida del niño no se interesa en la formación de su hijo o no se preocupa por desarrollar ese vínculo o apego con él.
Un ejemplo es cuando el poco o mucho tiempo que tienen lo prefieren pasar viendo sus redes sociales o haciendo otra cosa, que ponerle atención a los niños. Pueden estar físicamente ahí, pero su mente y atención están en otro lado.
En cierta forma ese desinterés y desapego emocional es un abandono que impacta directamente en el desarrollo afectivo y cognitivo de los niños y en su vida futura, porque es probable que experimenten relaciones sociales inestables, confusión de identidad y baja autoestima.
También, le costará trabajo o evitará vincularse emocionalmente con los demás, no conocerá los límites, el respeto o podrá desarrollar trastornos de conducta o hiperactividad.
Todas estas huellas bloquean el corazón de un niño, debido a que esa necesidad básica de de amor, protección y seguridad durante la infancia no la obtuvo y es muy triste, porque son muy difíciles de sanar en la vida adulta.
Tips para estar presente:
1. Asigna horarios sin celular y respétalos. Es especialmente importante no tener teléfonos en momentos de separación y reencuentro o de cuidado como comer, bañar, vestir y cambiar a los pequeños.
2. Busca entender lo que está comunicando tu peque con su conducta, no desde lo que tú quisieras que diga sino desde lo que está diciendo en verdad.
3. Busca darle gotitas de amor constantes. Velo a los ojos, tócalo, hazlo reír o apapacha varias veces al día por algunos minutos
4. Trata de mantenerte presente con todos tus sentidos. Cuando estés conectando observa, escucha, huele, toca.
5. Evita sentimientos como la culpa; ésta genera mucha desconexión. Vete a ti misma con compasión y permítete aprender de tus errores.
Fuente: PsychCentral y Karen Zaltzman, Coach en crianza