Cómo sobrevivir y qué hacer cuando tu hijo solo dice NO
Hay una etapa maravillosa en la vida de los pequeños, en donde son súper graciosos.
Tienen una imaginación gigante y una impulsividad con la que podrían comerse al mundo, pero también han descubierto una palabra mágica con la que siente que puede controlar un poco de su mundo.
La palabra que los niños entre los 2 y 4 años dicen más que cualquier otra cosa y que es la causante de acabar con la paciencia de los adultos: El “NO”.
Es una palabra con mucho poder, para todas las personas, pero especialmente para los toddlers, ya que viven en un mundo en el que pueden controlar muy pocas cosas, así que al poder decir que no es maravilloso para ellos, pues les permite que su voz sea escuchada por los adultos lo que les da seguridad y poder.
El problema está en que realmente no saben cómo funciona y tienden a abusar de ella así como a confundirla, por ejemplo cuando dicen que no pero querían decir que sí o ahorita no.
Una preocupación común entre los padres en la etapa del “no” es que sus chiquitos la estén copiando de el uso constante de ésta en sus vidas. En realidad este no es el caso, sin embargo, es importante entender que la palabra “no” da muy poca información y en ocasiones hasta da ideas de hacer lo que precisamente estábamos buscando evitar.
Lo que debemos hacer es acompañar el no de un sí, ya que la palabra por sí sola no ofrece nada de información y decir por ejemplo: “no corras, camina”, “no pintes las paredes, aquí te dejo unas hojas blancas para hacerlo”.
Otra de las cosas que podemos hacer cuando hay un no rotundo es dejarles las cosas para que solitos lo hagan. Por ejemplo si tu hijo te dice que no quiere comer, lo que puedes decirle es: “Sé que no quieres sopa, pero aquí te dejo tu plato por si se te antoja”. Así ellos se sienten con el poder y la seguridad de haber tomado sus propias decisiones, aunque haya estado manipulada por nosotros.
Trata de tener mucha paciencia y ofrecerle siempre opciones para que pueda decidir, siempre y cuando tú marques los límites. Así le permites tener un poco de libertad en algo que ha sido delimitado por ti.
El no es una etapa a veces cansada y frustrante para todos pero también es una etapa en la que están aprendiendo habilidades para su vida adulta.
Fuente: Karen Zaltzman, Pedagoga especializada en Crianza Consciente, en @comienzos_conscientes