¿Por qué los niños se portan peor con mamá?
Cuando nuestros hijos están con otras personas pueden parecer los “angelitos” mejor portados del mundo, pero cuando están cerca de nosotros no dudan ni un segundo en hacer un berrinche o simplemente a defender su punto de vista a su manera.
Incluso, las personas que estaban a su cuidado pueden decirnos frases como: “se estaba portando bien, hasta que llegaste tú”, “qué le hiciste, que nada más llegaste y se transformó”, y como mamá nos ponemos a pensar si eso es realmente cierto o ya en el extremo, no culpamos del “mal comportamiento” de nuestros hijos.
Pero más allá de dudar sobre nuestras propias capacidades como mamás, es de gran ayuda analizar qué es lo que está pasando con nuestro hijo y cuál es el motivo de este cambio de actitud.
De acuerdo con un estudio publicado en el journal Child Development, los niños buscan un apoyo o consuelo de sus figuras de vínculo primario cuando están estresados o enojados, por lo que es normal que la primera persona en la que piensan es en mamá.
Citando a autores de crianza como Gordon Neufeld: “Los niños descansan en el amor de mamá”. Esto quiere decir que mamá es la “base segura” para ellos, tienen un vínculo seguro que los hace sentir tranquilos, seguros y que implica que ellos saben que el amor de mama es incondicional; y que su cuidado no depende de su buena conducta a diferencia de cuando están con otras figuras, cuyo cuidado podría desaparecer si se llegan a “portar mal”..
Inclusive con niños a partir de los tres años, una de las señales de que estamos haciendo bien nuestro trabajo como mamás es justamente que se porten bien afuera y mal con nosotras. Esto nos indica que están entendiendo qué se espera de ellos en el mundo de afuera y que regresan con nosotras a relajarse de lo cansado que puede resultar para un niño portarse bien.
Un consuelo importante es que esta tendencia no tiende a seguir siempre, eventualmente hacia la edad de primaria los niños quieren y admiran a sus papás y se esfuerzan por complacerlos, aunque siempre van a ser su base segura para desahogarse.
Por esa razón, como mamás debemos validar sus emociones, escucharlos y “ponernos en sus zapatos” para entenderlos, así como guiarlos para que identifiquen lo que sienten y cómo sería la mejor forma de expresarlo.
Tenemos que darles alternativas a su comportamiento, para que su comunicación sea más clara y efectiva, sin agredir a terceras personas ni a ellos mismos.
¿Cómo lograr que sea exitoso? Debemos empezar con nosotras primero, ya que recordemos que somos su ejemplo y que ellos están aprendiendo todo lo que hacemos. Por ejemplo, si entendemos sus emociones y nos somos más empáticas, seguramente eso es lo que aprenderán.
Incluso, un estudio de la Universidad Brigham Young revela que mientras tengamos un mayor control emocional y mejores habilidades de resolución de problemas, es menos probable que nuestros hijos desarrollen problemas de comportamiento, como berrinches o peleas.
Así que no es que tu hijo esté consentido, que se porte mal o que haga berrinches exclusivamente cuando tú llegas, sino que eres la persona en quien más confía, quien le da más seguridad y que sabe que estarás ahí incondicionalmente.