7 experiencias que todo niño debería vivir para una buena salud mental de adulto, según especialistas
Todo lo que vivimos en la infancia deja huellas en nuestro corazón y en nuestra personalidad.
Sin embargo las experiencias positivas en específico son las que nos ayudan a tener una buena salud mental cuando somos adultos.
Según un estudio realizado por la Universidad Johns Hopkins, cuando tu hijo vive experiencias positivas mientras es niño, es menos probable que sufra depresión y tenga una mejor salud mental cuando sea adulto, por lo que sus relaciones personales serán más saludables.
Pero, ¿cuáles son las vivencias? Los investigadores explican que se trata específicamente de las siguientes siete experiencias positivas:
Hablar de los sentimientos
Es necesario e importante darle la confianza a los niños para expresar y hablar sobre sus sentimientos. Desde nombrarlos hasta ayudarles a canalizarlos adecuadamente.
Sentir la empatía de sus familiares
Hacerlos sentir que los padres y el resto de la familia los entienden, así como mostrarles que estarán a su lado tanto en los momentos buenos como en los difíciles.
Aprender de las tradiciones
Al hacerlos partícipes de las tradiciones familiares y sociales entenderán mejor su entorno, aprenderán y disfrutarán más cada fiesta o reunión.
Darles un sentido de pertenencia en la escuela
Cuando se sienten parte de algo, entenderán mejor las cosas y es más fácil que adquieran conocimientos tanto escolares como emocionales.
Sentir apoyo de amigos
Sin duda, los amigos son parte importante de la vida de las personas, y cuando se crea un círculo de amistad desde pequeños y se sigue fomentando conforme crecen, le dará gran valor a la amistad y se sentirá seguro.
Convivir con familiares y sentir su apoyo
Sin duda, los papás estarán a su lado incondicionalmente, pero también necesitan el amor, el apoyo y la comprensión de otras personas.
Sentirse seguro y protegido en casa
Es importante hacerle sentir, así como decirle que en su casa siempre estará seguro y tendrá con quién contar y confiar (ya sea mamá, papá o algún familiar) en todo momento, sobre todo en los más difíciles.
Ahora es momento de pensar si realmente tus hijos están experimentando estos siete puntos o es momento de “poner manos a la obra” para ayudarles a que tengan una vida adulta tranquila y saludable.
Fuentes: Psychology Today y JAMA Pediatric