A mi familia y amigos: estas fiestas en vez de regalos para mis hijos, regálenles experiencias
No es que no quiera que nos regalen cosas, pero este año, en lugar de darnos algo material a mí o a mis hijos, me gustaría más que mi familia y amigos nos dieran su amor y su compañía.
No quiero que lo tomen como una grosería, gracias a Dios que a mis hijos no les falta nada. Lo que los podría enriquecer aún más son nuevas experiencias al lado de la gente que los ama.
Así que si quieres regalarle algo a mis hijos, pueden ser experiencias, cosas que enriquezcan su alma, que les ayuden a descubrir cosas que aún no conocen.
Si quieres consentirlos, está bien, no me opongo, pero también puedes consentirlos con besos, abrazos, jugando a los avioncitos, leyendo cuentos, comiendo algo rico y hablando de esas cosas que solo tú sabes y que estoy segura que mis hijos querrán escuchar.
En lugar de gastar en regalos que usarán dos o tres veces, gastemos horas en sus lugares favoritos, que por lo regular son gratis. Como el parque, donde aman ver a los perros correr; y subir y bajar la resbaladilla hasta que se cansen. Invítalos a tu jardín a hacer pasteles de lodo, déjalos regar las plantas y acostarse en el pasto.
Las experiencias son los regalos más preciados que cualquiera pudiera tener, porque los juguetes un día se olvidan, pero los momentos que los hicieron felices se quedarán para siempre en sus pequeños corazones, y eso crecerá con ellos para convertirlos en mejores personas.
Así que no me sentiré mal si esta vez el regalo se convierte en una salida a su lugar favorito, porque el tiempo es lo mejor que podemos regalar.