La primera salida al centro comercial con los gemelos
Ayer, de camino a mi segundo hogar de papá, Costco, pensaba lo fácil que es salir con gemelos, y lo difícil que era hace tan sólo unos meses.
No te voy a mentir:
Sigue siendo una aventura y hay que empacar como para salir de viaje.
Pero por lo menos ahora mi esposa y yo ya lo tenemos medido y nos preparamos mucho mejor, también los gemelos ya se entretienen con paquetes de 120 papeles de baño o con un ventilador de techo. Hace unos meses eran muy impredecibles y al menos yo, no tenía idea de cómo hacerle, estaba un poco más perdido que hoy.
Cuando los pequeños tenían como dos meses de edad salimos al centro comercial (o mall aquí en los USA), mi esposa, yo y los pequeñuelos.
Después de empaquetarlos en sus car seats y poder llegar al mall con sólo un par de episodios de llantos, los transferimos al tren joovy para que sigan durmiendo su 12a siesta del día mientras nosotros estirábamos las piernas y nos dejábamos seducir por los vendedores de puestos en los pasillos para tan sólo socializar con otro ser humano, aunque estuvieran vendido pelucas con cereales de diferentes colores.+
La ida al mall básicamente se puede reducir con gemelos de tres meses a sentarte en los sillones y darles de comer. Pero ese día aprendí algo muy importante y valioso en mi vida. Como ya te habrás dado cuenta mi nariz no pasa desapercibida, es un poco prominente y además de darme un perfil griego doble, sólo me sirve para detenerme los lentes, tengo el tabique desviado y pues respiro como perro correteado con la boca abierta. Pero ese día, me di cuenta que mi nariz también sirve como "detenedor de botellas para bebés".
Porque cuando tienes gemelos cada papá tiene las manos llenas, y entre que le das la botella a uno se te va cayendo el trapo repetidor, te tienes que rascar la oreja y le tienes que pasar otro trapo repetidor a tu esposa.
¡Gracias, Grecia!
Ya después que les sacamos sus eructos a cada uno y nos sacaron plática varios extraños (al parecer la gente se intriga mucho cuando ven gemelos, no sé por qué), mi esposa me dice “ahí vengo, tengo que ir al baño”.
Simón, claro, aquí trépame al otro en mi pecho y sin estrés alguno me quedo inmóvil hasta que regreses, le quería decir pero igual no tuve opción.
Fueron como dos horas 43 minutos con 21 segundos el tiempo que se fue pero ella sigue insistiendo que fueron menos de 5 minutos.
Para mí se sintieron un poco más que eso.
Ya cuando reempacamos la carriola y todo el asunto que hay que llevar emprendimos nuestro paseo mientras mi esposa presumía su nuevo mandil.
Como ella ya había ido al baño y mis gemelos también, por 4a vez en esa tarde, a mi también me dieron ganas. Pero cuando tienes a un bebé amarrado a ti como koala y tu esposa trae otro bebé metido como canguro, lo último que quieres hacer es quitarte el carrier, despertar a tu bebé, hacerlo llorar y todo para que en 5 minutos te lo tengas que volver a poner y vuelva a llorar.
Lo bueno es que mis necesidades sólo requerían estar parado y mi hijo todavía era muy pequeño y compacto. Así que me aventuré y me lo llevé al fondo a la derecha.
Obviamente fue toda una experiencia, el simple hecho de desabrocharme el pantalón fue toda una maniobra calculada, y luego hay que asegurarse que las piernitas que tienes colgando frente a ti no vayan a hacer ningún movimiento en falso porque todos acabamos mojados.
Fue todo un éxito, ya que también me haya lavado las manos no tiene importancia. Salí del baño con el pecho inflado de orgullo y de bebé, y emprendimos el viaje de regreso al coche para irnos a la casa a descansar (jajajajajaja… ¡descansar! yeah right!).
¿Cuál es la moraleja de este post? Salir con bebés recién nacidos está cañón, y mucho más con gemelos.
Pero de que se puede, se puede.
¿Es estresante? ¡Seguro! ¿A veces llegas a algún lugar sólo para estacionarte y regresarte a tu casa porque no paran de llorar? También. Pero mil cosas pueden pasar y el chiste es cómo lo manejes tú y tu esposa, digo no se pueden quedar encerrados en la casa, al final del día vas a necesitar más pañales (literal) y simplemente hay que aventurarse.
Sólo piensa que no pasa nada, y con tal de que detengas esas piernitas frente a ti, todo es ganancia.
Por Carlos Wollenstein para Naran Xadul
Carlos es papá primerizo de gemelos, niña y niño, suertudo él.
Productor de profesión y bloguero entre cambios de pañal.
Egresado como comunicólogo y publicista de la Universidad de Texas en Austin.
Mexicano de corazón pero viviendo en el extranjero, aprendiendo día a día el arte de ser papá.
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