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Cuando la mujer es la mayor proveedora económica de la casa

Publicado: 2 de Mayo 2019
Vida de papá
Foto: IG@fifo_dad
Foto: IG@fifo_dad

Esta es la historia de un hombre que trabaja remotamente en casa, de pronto sale a dar clases, pero la mayor parte del tiempo está al pendiente de la casa y su hijo, mientras su esposa está de tiempo completo en la oficina.

 

Su reflexión es algo que queremos compartir, porque aunque no son la mayoría, es importante conocer y tocar el tema de los hombres que se quedan en casa mientras la mujer es la que más aporta a la familia, económicamente hablando.

 

Y no como un tema negativo, sino como otra estructura de familia que está bien y a la que algunos hombres se han ido acoplando, a pesar de superar todavía ciertos temas sociales, porque la realidad es que hoy en día hay mujeres que ganan más que sus esposos y son las proveedoras de más cosas en el hogar.

 

Tommy Mulvoy, es un padre estadounidense que vive en Suiza con su hijo y su esposa Vicky, y escribió una reflexión sobre su vida en casa para Fatherly, un sitio especializado para papás.

 

Siempre me ha gustado el hecho de que Vicky sea una mujer de negocios, y la admiro por tener la energía necesaria para trabajar 70 horas a la semana y viajar por todo el mundo para trabajar.

 

Yo soy lo contrario: una vez tuve que ir a una conferencia en el Upper West Side de Manhattan y me quejé por una semana. Y, aunque a menudo trabajo en casa durante las noches, me quejo cuando estoy en la escuela después del atardecer.

 

Hay algunas veces en las que Vicky trabaja hasta el amanecer. Me enamoré de Vicky por muchas razones, una de las cuales fue que ella prospera en el mundo lleno de presión en el que crecí pensando que sólo estaba habitado por hombres. Sus títulos de Oxford, Cambridge y Wharton eran intimidantes, pero también me cautivó su capacidad de pensar rápidamente a través de problemas que me confundían fácilmente. Con esto en mente, sabía que su carrera sería el foco de muchas de nuestras decisiones en la vida.

 

Como mudarnos por su trabajo, y a medida que se acercaba nuestra fecha de salida y el último día con mis alumnos, me sentía cada vez más incómodo por mi decisión de abandonar la escuela a mitad de año. Mientras me sentía triste por dejar a mis estudiantes, el hecho de yo no tener un trabajo después de la mudanza también me hacía sentir mal.

 

El sueldo de Vicky nos da para vivir cómodamente, pero para mi ha sido muy difícil no proveer económicamente de ninguna forma. Yo siempre he ganado menos que ella, y a pesar de eso dividimos nuestros gastos. Yo me encargué de la mudanza y de buscar cómo se divide y tira la basura en el nuevo país, y aunque son tareas muy importantes para la familia, aún me sigue dando vergüenza depender de Vicky para pagar la renta.

 

Además me siento solo. En Nueva York estaba rodeado de adolescentes y el ruido de la ciudad, aquí sólo tomo 3 horas de alemán y después estoy inmerso en un silencio letal para cualquier neoyorkino y que termino rompiéndolo contra las cosas que Vicky deja fuera de su lugar todo el tiempo.

 

Cada que encuentro su pijama en el suelo del baño opto por aventarla más lejos, al igual que sus calcetines en el sillón y el sombrero en la entrada, pero al final el único que se hace daño con eso soy yo, porque todos los días la pijama vuelve a estar en el suelo, en el mismo lugar, no importa que la esconda o la regrese a su lugar.

 

Mi lucha constante es que ella no pone las cosas en donde van, pero ella trabaja tanto que no importa donde esconda las cosas que deja fuera para molestarla, podrían pasar días y no las notaría, porque ahorita ella está concentrada en su nuevo trabajo, y eso es todo lo que importa.

 

Tal vez no deje de hacerlo, tal vez no deje de sentirme solo, pero apoyar a mi esposa y su carrera es apoyar mi matrimonio y es así como debe de ser.

 

Fuente: Traducido de Fatherly, escrito por Tommy

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