Querida hija, quiero que sepas cuánto te amo...
Querida hija, quiero que sepas cuánto te amo, sabes...fuiste mi deseo. Te pedí a una estrella fugaz, y aquí estás hoy. Te veo y no lo creo. Eres más de lo que pude haber pedido. Soy la mujer más afortunada de tenerte como mi hija, y por esto, te quiero decir estas 8 cosas:
1. No soy perfecta, yo sé que me admiras y observas cada paso que doy. A veces me escondo y lloro, a veces me peleo con tu papá y es 90% mi culpa, a veces estoy tan cansada que estoy en automático y no te sonrío.
2. Tengo defectos fuertes, los cuales irás reconociendo conforme vas creciendo... pero acuérdate que no por eso soy menos, simplemente soy humana, y en este viaje me tocó ser tu mamá.
3. A veces soy sumamente inmadura, me preocupo por cosas banales y cuando vienes a que te ayude con tu tarea, no estoy completamente metida porque me da flojera volver a practicar divisiones.
4. Soy temperamental, y sé que tendremos peleas fuertes, pero nunca olvides que estas peleas no nos rompen, nos hacen más fuertes... las relaciones pasan por etapas, y así lo hará la nuestra.
5. Fui adolescente... pasé por mi primer amor, primer beso y primer corazón roto. Aquí estoy para cuando pases por lo mismo, con helado y películas de amor para amortiguar el dolor.
6. También tuve otras relaciones, y aprendí sobre el amor destructivo por las malas… tengo mucho que contarte, especialmente sobre los hombres equivocados, y puede ser que no te guste escucharlo de mi boca, pero antes de ser mamá, soy mujer, y espero mi pasado te pueda guiar.
7. Tengo anhelos, pasiones, planes y sueños que no te incluyen, pero eso no significa que no los quiero compartir contigo y disfrutar a tu lado.
8. Soy un ser humano común y corriente, como el resto de la raza humana, y me siento sumamente afortunada de recorrer este camino contigo, así que por favor tenme la misma paciencia que te tuve cuando aprendías a caminar, y la misma compasión que te tuve cuando tratabas de expresarme lo que necesitabas con un lenguaje ininteligible... porque habrán muchas veces que tú tampoco me entenderás, pero necesitaré de tu paciencia y compasión para seguir adelante.
Texto: Raquel Caspi Miller
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