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A mi segundo hijo: Eres el segundo, pero no en mi corazón

Publicado: 4 de Junio 2019
Vida de mamá
Foto: IG@carlyamcdonagh
Foto: IG@carlyamcdonagh

Eres el segundo, pero no en mi corazón. Uno llegó antes que tú y eso hizo que las cosas fueran distintas contigo.

 

No hubo fiesta de revelación del sexo del bebé, ni frenesí de compras , no leímos todos los libros y revistas y las apps de cada semana ya no nos daban la sorpresa de que esa semana eras una zanahoria.

 

Me he tomado fotos pero no igual que con tu hermano, tengo miedo pero no es tanto y ya no fantaseo tanto si tendrás chinitos y cómo se verían en un día de vacaciones en la playa.

 

Mi mente está más ocupada y mi cuerpo más cansado, ya no tengo esas preocupaciones de ser mamá primeriza pero sí tengo temor de no tener tiempo suficiente para ti.

 

Siempre me había preguntado si mi corazón sería lo suficientemente grande, si podría dividir mi tiempo, mi energía y mi amor en dos, y si sería igual para ambos.

 

Y de pronto, en un abrir y cerrar de ojos, llegaste a este mundo, más rápido de lo que esperaba, dicen que la segunda vez el tiempo se desvanece y fue así.

 

En un instante todo el miedo se fue y la mágica sensación de conocerte por primera vez fue tan inmensa como si jamás lo hubiera experimentado, mi mundo se detuvo por ti y mientras veía tu carita sentía como si hubiéramos estado juntos desde siempre.

 

Mientras tú estabas en mi pecho ahí estaba yo, una madre de dos. Ahora somos una familia de cuatro y con nuevas lecciones que aprender gracias a ti. Me has enseñado a hacer malabares para cuidar de ti y tu hermanito, para abrazarlos como si fuera enorme y el mundo les alcanzara con sólo dos brazos.

 

Me has enseñado que los niños son resistentes y que mi amor es suficiente para ustedes. He aprendido a bajar el ritmo para saborear pequeños momentos a tu lado, para centrarme en lo verdaderamente importante, como oler tu cabecita después de un baño, memorizar tu manita en la mía antes de que crezca y la forma en que te agarras de mi pecho cuando te alimento.

 

Me has enseñado a relajarme, a fluir cuando las cosas no están saliendo como espero y a reír cuando ya no hay más que hacer, pero sobre todo me has enseñado a ser tan fuerte que ni siquiera yo sabía que podía, me has dado toda la confianza que no tuve la primera vez.

 

Pero más que nada, me has hecho una mejor madre, y aunque no me hiciste mamá por primera vez, tu llegada me hizo entender que el amor es inmenso y el mayor de los remedios.

 

 

Texto inspirado en el texto de Daylight to Dark.

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