Mami, por favor no hables más de cuerpos y dietas
Quisiera que sepas, que cuando hablas de dietas, de alimentos prohibidos, de lo mala que fuiste por comer el postre o de los cuerpos de los demás, yo estoy ahí, escuchando.
Y como es a través de ti que formo mi sistema de valores y creencias, he aprendido muchas cosas de esto:
1. Que los alimentos se dividen en buenos y malos, sin embargo no alcanzo a entender del todo cuáles son los malos, pues a veces te escucho maldecirte por comer un chocolate, y otras veces te veo lamentarte por haber comido un pedazo de pan (mismo que insistes mandarme de lunch en mi sándwich, aludiendo que es saludable). Todo esto me tiene muy confundid@.
2. Al ver cuánto admiras y alabas a las personas delgadas entiendo que éstas son las mejores personas del mundo, y me queda claro que debo intentar ser flac@ siempre, para que me admires a mí también. Me da terror dejar de serlo y que dejes de quererme como ahora. También, con esto entiendo el por qué molestan a mi compañer@ gord@ de la escuela, pues por lo que entiendo, su cuerpo está defectuoso.
3. Sé que debo intentar no comer los alimentos que me dices que son malos, pero a veces no puedo pues me gustan demasiado. Esto me causa culpa y me hace sentir débil y mal@ cuando me escondo de ti para comerlos.
4. Cuando hablas de que te urge ir al gimnasio a “quemar lo que comiste” entiendo que el ejercicio es la forma de castigarte por comer, y por ende, entiendo que comer es malo y que ejercitarte es una penitencia.
Mami, no me gusta oírte hablar de estas cosas, pues además de que me confunden y me angustian, me aburren. ¿Y si buscamos otros temas?
Por Raquel Lobatón para Naran Xadul
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