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Las boberías que creía antes de tener hijos y que la experiencia me ha hecho tragar mis palabras

Publicado: 17 de Mayo 2018
Vida de mamá
Foto: IG @sheridaningalls
Foto: IG @sheridaningalls

Antes de tener hijos estaba convencida que durante el embarazo iba a engordar nueve kilos, según el famoso "kilo por mes", pero terminé con 23 kilos arriba sin poder creer el número que anunciaba la balanza.

 

Creía que ser mamá no podía ser tan difícil según lo que me contaban las otras mamás, pero el día que llegamos a casa sentí el miedo más irracional que jamás había sentido y entendí que muchas de esas otras mamás no me estaban diciendo la verdad.

 

También creía que iba a vivir malhumorada por dormir mal, hasta que un domingo me hizo reír a las 6,50 am y supe que era capaz de sonreír al alba y aunque casi no hubiera dormido. 

 

Prometí que mis hijos no iban a ver tele hasta los 2 años hasta que me di cuenta que, si la prendía, podía bañarme, peinarme y vestirme, todo de una, y ni lo dudé. 

 

Pensaba que a los tres meses ya lo iba a pasar a su cuarto; Era el mes 8 y todavía seguía durmiendo al lado mío.

 

Antes de tener hijos jamás se me iba a caer un hijo de la cama, y un día sucedió, en una milésima de segundo que me di vuelta, y volví a sentir ese miedo irracional del día que entramos en casa y empezaba, formalmente, mi nueva vida.

 

Estaba segura de que no iba a escucharlo cuando se despertara de noche "porque duermo como un tronco", y cuando se lo dije al pediatra, me miró, sonrió con un dejo de pena y me acarició la cabeza. Él sabía que sí iba a escucharlo. Y tenía razón, algo se activa adentro de una que hace que el sueño mute y que seas capaz de descansar, aún con un ojo abierto, una oreja parada o un brazo a 90 grados.

 

Antes de tener hijos pensaba que no iba a hacer falta levantar la voz, hasta que un día me encontré pegando un grito en plena calle.

 

Antes de tener hijos veía problemas donde no los había pero después me di cuenta de que esos, en realidad, no eran problemas. Antes de tener hijos pensaba que, cuando los tuviera, mi vida iba a cambiar para siempre, y esto fue en lo único que no me equivoqué.

 

Hubo un segundo en que mi vida cambió para siempre, ese segundo en que empecé a querer a otra persona, muchísimo más que a mi propia vida.

 

 

 

Texto de Life in Pics blog

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