Publicidad

A la mamá que cría a su hijo sola mientras su pareja está lejos

Publicado: 27 de Abril 2018
Vida de mamá
Foto: IG @Lu_mulloy
Foto: IG @Lu_mulloy

Mi esposo viaja tanto que prácticamente yo soy la que me encargo de criar a mi hijo, hay veces que tiene que irse por semanas o el mes completo. 

 

Y es que estas ojeras y cansancio no me dejarán mentir. Criar a un hijo sola por tantos días no es nada fácil.

 

Y no digo que sea fácil en general la maternidad, tanto sola como acompañada.

 

Pero criar a un hijo cuando tu pareja no puede estar presente cada día para acompañarte y compartir el peso juntos. Es difícil. 

 

Es tener costumbres y rutinas tan marcadas que ya las hago de forma automática, que no consulto con nadie más, ni pido opiniones. Es confiar por completo en la sabiduría de tu instinto materno.

 

Es dar el beso de buenas noches y admirar a mi hijo hasta que se queda dormido y después sentarme en el sillón para por primera vez darme cuenta que mis pies están adoloridos y mi cabeza sólo pide descanso.

 

Es fantasear de vez en cuando con la idea de: “si tan solo tuviera alguien que me ayudara a decidir cuando dudo, que me dijera que le toca bañarlo o darle de cenar”.

 

Muchas veces me embarga la nostalgia (mi familia tampoco está cerca), la frustración y la tristeza; sin embargo, al ver a mi hijo, abrazarlo y escucharlo decir “te amo mamá” me llena el corazón y me da la fuerza para seguir cada día.

 

Es cierto que poco a poco nos hemos adaptado a este estilo de vida y, aunque ha sido difícil y lo hemos padecido los tres, hemos puesto todo de nuestra parte. Hemos dado prioridad a la amabilidad, comprensión y amor.

 

Por mi parte, cada día trato de seguir algunas estrategias para no morir en el intento.

 

Para cambiar los gritos por palabras tranquilas y la desesperación por paciencia. Hay momentos que necesito unos minutos de silencio, dedicar tiempo para mí, y trato de hacerlo (aunque sea en las noches).

 

Pienso que todo esto fueron decisiones que tomé en su momento. Tal vez pensé que sería más fácil. Jamás pensé que podría tener resentimientos o pensamientos llenos de enojo, pero justo ahí es cuando recuerdo que todo este “sacrificio” es por el bien de mi familia.

 

El arte de criar a un hijo sola es más difícil de lo que pensé, pero las rutinas, el establecer límites y el apoyo de personas confiables me han ayudado ha seguir de pie.

 

Lo que me importa es que mi hijo disfrute su infancia y sea feliz.

 

Sé que yo soy su ejemplo, y como tal, tengo que disfrutar la vida y demostrarle todo el amor que le tengo.

 

Publicidad
Publicidad
Publicidad