Hija mía, cuando sea viejita…
Hija mía, un día seré muy grande, verás arrugas en mi rostro y mi pelo se pintará de color gris. Seré una viejita como las que hoy ves en la calle y llaman tu atención.
Un día no podré recordar muy bien las cosas, seré olvidadiza, distraída y necia, es por eso que quiero pedirte que cuando llegue ese día, me tengas paciencia.
Quiero que me dejes hacer las cosas que me hacen feliz, aunque pareciera que no pueda hacerlas, porque eso será lo que me mantenga de pie.
Quiero que vengas a casa cuando puedas, que llenes mi cocina de niños, quiero escuchar risas y recordar cuando mi vida eran ustedes de pequeños.
Quiero que cepilles mi cabello, que me pongas bonita para ir a dar la vuelta, quiero que me sigas considerando en tus planes porque eso me hará sentir importante en tu vida.
Quiero que me escuches, porque seguramente tendré miles de historias para contar, y miles de reflexiones para compartir. Quiero que le enseñes a tus hijos a hacer lo mismo, porque un día esos serán los recuerdos que tengan de mí.
Enséñame de las cosas nuevas, cuando este mundo esté más revolucionado sé que habrán cosas a las que tendré que adaptarme y aprender, no dudes de mí porque lo podré lograr, siempre y cuando me tengas paciencia.
No quiero que te enojes conmigo, o que me grites, quiero que me respetes y que sepas que así viejita aún sigo teniendo sentimientos y sigo siendo tu mamá, la que te enseñó de valores y la que te va a acompañar siempre para que cumplas tus sueños.
Quiero que sepas que te tocará tomar la batuta en algún momento, que tendrás que tomar decisiones por mí y sé que harás lo mejor, lo que te dicta tu corazón.
Pero sobre todo, quiero que siempre tengas presente que eres el amor de mi vida y que aunque veas que mis días pasan como perdidos, en tus ojos siempre veré el gran amor que te he tenido, te tengo y siempre te tendré.
Que todavía tendremos muchas cosas con las que reír juntas, que mis brazos siempre estarán abiertos para reconfortarte y que esta vida junto a ti sigue siendo disfrutable.
Nunca olvides que así, viejita, siempre seré tu mamá.