Ese papá de un bebé prematuro...

A ti, que eres un papá con un pequeño prematuro, quiero decirte que también te entiendo: 

Sé que sufres porque tu hijo está en la incubadora, no estás solo.

Muchas veces hablamos del dolor que hay en las cosas fuertes de la maternidad, con las mujeres, pero nos olvidamos por completo de que hay otra parte importante en nuestra vida y la de nuestros hijos: los papás.

Ellos también sufren, tienen dudas, se quieren involucrar más, se desesperan y quieren vernos a todos felices.

Por supuesto que si hay una situación, como la de un bebé prematuro, ellos no se quedan fuera de todos los sentimientos que hay alrededor.

Un papá también tiene miedo de que su bebé no logre desarrollarse.

También llora cuando el doctor dice que no hay nuevos avances y que sólo queda esperar, pero en ese momento sólo puede ser fuerte para ti.

Su corazón también se rompió en mil pedazos cuando supo que su hijo se adelantaría, ha pensado en todos los panoramas, porque así son ellos, son directos y sin rodeos, pero eso no quiere decir que no les duela.

Si pudiera amamantar lo haría sólo por el hecho de saber que eso le ayudaría a su hijo que por el momento sólo puede alimentarse de una jeringa. Un papá con un bebé en la unidad de cuidados especiales no tiene miedo de mostrar su vulnerabilidad, porque el amor de su vida está ahí.

De pronto está frío, de pronto está en otro lado, pero no es porque no le interese, los hombres no siempre demuestran sus emociones y prefieren hacerlo en silencio.

Cuando salieron del hospital por fin, en su mente había un laberinto de pensamientos, por un lado por fin estaba en calma de saber que su bebé estaba a salvo, pero por otro lado las dudas de saber si su desarrollo sería diferente, si habría que tener más cuidados o qué pasaría en el momento de una enfermedad.

Verte a ti preocupada para él también es duro. Muchas veces las mujeres son el soporte emocional más importante de la familia y cuando están tratando de salir a flote después de las adversidades, se pueden sentir confundidos, con miedo, pero jamás derrotados.

Ellos también se preguntan si son el tipo de padre que su hijo necesita, hay días en los que imaginan cómo hubiera sido su vida si hubieran hecho cosas diferentes, con un bebé las cosas jamás salen al pie de la letra de los planes, y cuando hay un bebé prematuro, menos.

De algo estoy segura, de que el hombre que hoy tienes a tu lado y que ha pasado contigo todo esto: 

Te ama más que nadie en el universo y a su bebé, tanto que daría la vida entera por ustedes dos.