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Ese increíble momento cuando tu hermana se convierte en mamá 

Publicado: 26 de Septiembre 2018
Vida de mamá
Foto IG: Krystalhipwell
Foto IG: Krystalhipwell

Cuando mi hermana me dijo que sería mamá, mi corazón explotó de amor.

 

No sé explicar bien lo que sentí en ese momento, porque fue una felicidad extrema acompañada de miedo y de un futuro incierto, pero fue una de las noticias que más bonitas que he recibido. 

 

Mi hermana siempre ha sido mi mejor amiga, mi compañera de vida, pero todo tomó un nuevo nivel cuando se embarazó. Hoy puedo decir que su maternidad fue lo mejor que me pasó, porque además de que me convirtió en la tía de la persona más hermosa de este mundo, me enseñó que hay un amor que no se puede romper ni cambiar, más que transformar en más amor. 

 

Estas son las cosas que mi hermana me enseñó al convertirme en tía.  

 

1. Me sentí más unida a ella.

No solo habíamos compartido nuestros años de juventud entre nuevos amores y corazones rotos, ahora estábamos ante algo desconocido pero que necesitaría la misma unión que habíamos tenido siempre. Y aunque en ese momento yo no era mamá, vivir todo el proceso con ella, me nos unió de una forma inexplicable. 

 

2. Me mostró que siempre hay lugar para el amor.

Mi corazón creció con el nacimiento de mi sobrina, ese tipo de amor que no se tiene con nadie más que con ellos, que te hacen ser la más sobreprotectora y la más consentidora. Y que aunque no son tuyos sabes que estarás con ellos siempre de todas las formas posibles. 

 

3. Me hizo recordar nuestra infancia.

Cuando veo a mi sobrina y a mi hija juntas no puedo dejar de recordarnos a nosotras. Al estar jugando con ella todo el tiempo vuelves a tu infancia inevitablemente, vuelves a ser niña y esos son los mejores momentos que le puedes dar a tus sobrinos. 

 

4. Me ayudó a sanar conmigo misma.

Al verte reflejada en ellos revisas tu vida, tu infancia, tus carencias y tus valores. Te ayudan a tener una perspectiva de lo que quieres enseñarles y de lo que tienes que trabajar en ti para que ellos sean mejores, porque además de todo te das cuenta que de ahora en adelante hay alguién que querrá seguir tus pasos y no puedes darte por vencida ni ser el peor ejemplo para tu sobrino. 

 

5. Te ayudan a ser más responsable y a valorar el trabajo de ser mamá.

Es una gran responsabilidad y que tu seas en n.1 en la lista de cuidadores te hace darte cuenta de eso. Mínimo tienes que saber cambiar un pañal, calentar su lechita, arrullar y saber cantar algo para cuando te toca cuidarlos. Eso te hace pensar en que las dos horas que te tocaron a ti, con uno propio, serían 24/7. Además, inevitablemente piensas en todo el trabajo que hizo tu mamá con las dos. 

 

6. Tus sobrinos sacan lo mejor de ti.

Yo no sabía que podía inventarme tantas canciones hasta que me tocó cantarle a mi sobrina. El simple hecho de estar con ellos te hace desarrollar talentos que no sabías que tenías, ya sea para jugar o para responder preguntas incómodas. Te hacen más creativa, más flexible, más comprensiva, más paciente, incluso te hacen cómplice de las mejores travesuras. 

 

7. Nos convertimos en cómplices.

Cuando yo le di la noticia a mi hermana de que sería mamá, ella se convirtió en mi fuente más confiable de consejos, pude compartir con ella todo lo que me estaba pasando porque ella ya había estado ahí, eso nos unió más. Ahora somos cómplices en este viaje de la maternidad, buscamos cosas para hacer con nuestras niñas para que ellas sientan que se tienen la una a la otra, como nosotras. 

 

Tener una hermana que es mamá, es lo mejor que te puede pasar, porque uno a ama a sus sobrinos tanto como a un hijo. 

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