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Un niño obediente y tranquilo no siempre es un niño feliz

Publicado: 1 de Noviembre 2021
Toddler
Foto: IG @th3littlestavenger
Foto: IG @th3littlestavenger

Cuando llega la noche siempre me pregunto: ¿dónde está el botón de off de mi hija?

Debo aceptar que muchas veces he pensado que me gustaría que mi hija fuera más tranquila, que cuando le pidiera que se quedara sentada lo hiciera por largos periodos de tiempo, que no tuviera que estar atrás de ella pidiéndole que no toque nada, ni recoger 500 veces al día todo lo que va tirando, que no abriera las puertas ni los cajones, que no sacara todos los tuppers, y que no escalara los muebles, y así una lista larga de actividades que me resultan agotadoras.

Pero cuando todo esto sucede y estoy exhausta en la noche, al fin tomándome un té caliente y logrando escribir unas líneas, me recuerdo a mí misma que tengo una hija sana, alegre y con toda la curiosidad de aprender todo de la vida, me recuerdo que lo que traje al mundo es una bebé en pleno desarrollo y no un adulto que ya tiene estructuras de comportamiento. Muchas veces pretendemos que nuestros hijos se comporten como adultos, pero ellos están aprendiendo y descubriendo un mundo entero.

Los niños inquietos son felices

Sabes que un niño está viviendo su infancia felizmente cuando grita, canta, brinca, se ensucia y explora. Aunque hay niños más inquietos, otros más introvertidos quizás, pero si a un niño no se le ve en momentos jugando y con ocurrencias continuas, puede ser señal de alerta… 

Como padres tenemos la misión de descubrir los motivadores de nuestros hijos, que son los que estarán dándole su personalidad, sus habilidades y preferencias para su vida futura. Es nuestra responsabilidad notar qué los hace felices y en base a eso, encaminarlos, no truncarlos con lo que nosotros quisiéramos que hicieran o dejaran de hacer. 

Dejemos que los niños sean niños.

 

Poner límites como acto de amor 

Es esencial que los adultos pongamos límites y reglas que se deben obedecer, para eso estamos, para guiar a los niños por los caminos de lo correcto y lo incorrecto, ellos deben entender que para todo hay un lugar y un tiempo. 

Los límites y reglas establecidos desde la tierna infancia con amor no provocan miedo, sino respeto. Los niños respetuosos también son niños felices y aceptados en cualquier lugar.

Es un hecho que nuestros hijos cometerán sus propios errores, y cuando esto suceda, quisiera que ellos acudan a mí en vez de sentir miedo a acercarse conmigo.

Los niños deben aprender y comprender que las reglas deben ser respetadas, cuando sucede desde la amenaza por nuestra parte, lo único que estamos incitando es que su infancia se vea coartada, si desde nuestra comodidad queremos que no corran, que no griten y que no se ensucien, les estamos pidiendo que dejen de ser niños. 

Ejerzamos nuestra paternidad desde el amor, con límites sanos, con paciencia, recordando lo que nos hacía felices de niños y dejando que nuestros hijos tengan una infancia sana y feliz.

 

Por Liz Chavarín

 

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