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¿Por qué tu hijo solo obedece a gritos?

Publicado: 14 de Octubre 2020
Toddler
Foto: IG @purllamb
Foto: IG @purllamb

Por más que juro y perjuro que no le gritaré a mi hijo y que intentaré controlarme antes de alzar la voz, lo confieso… NO PUEDO.

Y es que ya identifiqué que mi hijo sólo me hace caso o consigo su atención cuando grito y eso no me gusta para nada.

A veces siento culpa de que no me haga caso porque tal vez he sido muy gritona y ya se acostumbró a eso, pero después entiendo que está creciendo y que es la manera de mostrar su independencia y sus necesidades.

Sin embargo, esta situación puede ser muy desgastante para los dos; caemos en un círculo vicioso en el que reaccionamos de acuerdo a lo que consideramos “adecuado” desde nuestro propio punto de vista, y muchas veces no es así, ya que sólo estamos generando confrontaciones que nos afectan a los dos y a nuestra relación.

Estas confrontaciones lo único que ocasionan es que mi hijo haga todo lo contrario a lo que le pido o de plano me ignore, sobre todo cuando estoy invadiendo su espacio.

Señalan investigaciones como la que se publica en Child Development, que hasta cierto punto esto es “normal”, porque los niños (no sólo mi hijo y en realidad esto me tranquilizó un poco) crean una autodefensa cuando pasan sus límites, y sucede cuando no le hacen caso a nadie o sólo reaccionan cuando se les grita. Es una forma de mostrar que pueden tomar decisiones por sí mismos.

“Los niños hacen distinciones importantes entre diferentes tipos de reglas cuando razonan sobre decisiones y emociones", señala la investigación publicada en Child Development.

¿Qué puedo hacer en estos casos?

Lo ideal es ser más empática con mi hijo y al mismo tiempo encontrar estrategias que me ayuden a atraer su atención sin necesidad de gritarle.

Ser más tolerante, mantener la calma y hacer ejercicios de respiración cuando siento que estoy perdiendo la paciencia, ayuda mucho.

Otro consejo es olvidar los gritos.  A mi no me gusta que nadie me grite, y por ende, a mi hijo tampoco le gusta, así que dejar a un lado este hábito para adoptar técnicas que nos permitan convivir en armonía es más valioso.

Hay ocasiones en que los niños realmente no escuchan lo que les estamos diciendo porque tienen toda su atención en lo que están haciendo en ese momento, por lo que es necesario que toques su hombro o su brazo para estar segura de que realmente te escuchó.

Una vez que estoy segura, le pido las cosas y siempre intento ponerme a su altura para tener mejor contacto visual.

También procuro conectar antes de dar instrucciones. A veces parecería que la vida de mi peque es obedecer una larga lista de instrucciones, así que trató de platicar con él sobre lo que está haciendo, hacerle preguntas y llevarlo hacia otra tarea agradable en lugar de sólo dar órdenes a lo largo del día. 

Finalmente, todo lo que he aprendido sobre este comportamiento es a no tomarlo personal, no es que me esté retando con su comportamiento o me esté “probando”, simplemente es una resistencia natural de los niños, y parte de su desarrollo. 

Recuerda que los gritos NO funcionan, mejor intenta poner en práctica algunas tácticas para usar en su lugar.

 

Revisado por Karen Zaltzman, Pedagoga especialista en crianza.

Fuente: Psychology Today

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