¿Tu hijo tiene depresión infantil? Identifica los focos rojos
Sentir tristeza es algo normal y sano porque esta emoción ayuda a que las personas se adapten u orienten a nuevos ambientes como a un cambio de escuela, de ciudad, de rutina, etcétera.
Regina Ojeda Sánchez Hidalgo, psicóloga y terapeuta cognitiva conductual de Neuroingenia, señala que la función de la tristeza ayuda a hacer una pausa para analizar si lo que se está haciendo en la vida es algo que te gusta o hay algo que quisieras cambiar.
Sin embargo, se suele evitar la tristeza porque hace sentir vulnerables a las personas y es una emoción difícil de aceptar. Incluso, se suele describir como una emoción negativa o mala, pero no es así.
En realidad no existen emociones positivas ni negativas, ni buenas ni malas, porque todas las emociones sirven para algo, tienen una función; tal vez se podrían describir como agradables y desagradables.
Pero, ¿en qué momento se debe poner una mayor atención a la tristeza?
Lamentablemente, en los últimos años se han incrementado los casos de tristeza y depresión infantil; sobre todo en estos momentos en que los niños están alejados y no están interactuando con sus compañeros y con su familia, o no pueden hacer todas las actividades que les gustaban.
La psicóloga Regina Ojeda señala que existen múltiples causas de la depresión, es algo multifactorial e intervienen diferentes cuestiones como la genética, el ambiente, características de la personalidad y diversos estresores.
Cuando los niños están tristes pueden mostrarse desanimados, con menos energía o llorar con facilidad; esto suele ser normal y algo esperado, sin embargo, es importante observar la frecuencia, la duración, la intensidad y los ambientes en que se presentan esas conductas.
Es decir, si se presentan de forma continua y todos los días, ya no es algo normal.
¿Cómo podemos identificar si un niño está triste o hay manifestaciones relacionadas con depresión infantil?
Existen algunos focos rojos que nos pueden ayudar como:
- Un estado de ánimo irritable (tienen cambios de ánimo constantes)
- Problemas de conducta
- Están menos tiempo en actividades que disfrutaban
- Aislamiento social (no hablar mucho, no jugar con familiares)
- Tienen conversaciones relacionadas con escaparse de la casa
- No terminan las tareas en la escuela o en la casa
- Cambia su apetito (pérdida o aumento)
- Cambios en su sueño (les cuesta trabajo dormir o se despiertan durante la noche)
- Tienen cansancio y poca energía durante el día
- Sus movimientos son lentos
- Tienen ideas o pensamientos relacionados con pérdida o muerte
- Se aburren mucho y frecuentemente (no encuentran algo que les dé satisfacción)
- Tienen problemas para concentrarse
- Tienen sensibilidad extrema al rechazo o a la crítica de los demás
Estos focos rojos ayudan a que los papás o las personas que están cerca de los niños busquen ayuda temprana para evitar que los niños caigan en una depresión que muchas veces es relacionada con conductas de riesgo en un futuro.
Es muy importante que se haga un diagnóstico específico de depresión infantil de la mano de un especialista, quien puede recomendar un tratamiento adecuado e integral que le ayudará a prevenir conductas de riesgo.
Regina Ojeda menciona que si durante la infancia es bien detectado y se dan herramientas para el manejo de tristeza, se ahorrarán problemas significativos para la vida adulta y una mejor calidad de vida.
¡Aprende a reconocer la tristeza y a expresarla!
La especialista indica que es importante enseñarle a los niños a reconocer, expresar y manejar las emociones, y algunas recomendaciones que brinda es preguntar en qué parte del cuerpo sienten la emoción (dibujar una silueta humana y representar en qué parte del cuerpo lo están sintiendo).
También se puede usar un peluche o un personaje favorito para preguntar acerca de las emociones y así puedan reflejar lo que están sintiendo. Por ejemplo, preguntarles: “¿Cómo crees que se está sintiendo ese personaje?", "¿cómo te sentirías tú con esa emoción?".
Se le puede hacer preguntas sobre cómo actuaría su superhéroe o personaje favorito (alguien que ellos admiren), para que así tengan una perspectiva diferente para enfrentar la situación que está viviendo.
Además, se recomienda tener un espacio en la casa para hablar de las emociones (una caja, un rincón de la calma), donde haya material que le sirva para expresar y reconocer las emociones.
Otro punto necesario es hablar con ellos sobre nuestras emociones, expresarles cómo nos sentimos y tener diálogo abierto con ellos. Recuerda que los papás son un ejemplo del que aprenden todos los días.
Es muy importante VALIDAR lo que están sintiendo, ser empáticos con ellos cuando expresen sus emociones y jamás decirles "no estés triste", "no llores", etc. o restarle importancia a lo que sienten.
¡A manejar la tristeza!
Regina Ojeda señala que cuando los niños están tristes se les suelen cerrar las opciones de solución, la atención está focalizada a lo negativo, a lo que están perdiendo, por lo hay que ampliar ese panorama y mostrar las opciones de solución, puede ser con lluvias de ideas escritas para que lo vean y aprendan mejor.
Es necesario preguntarle a los niños qué necesitan y qué les ayudaría a superar esta experiencia. Estas herramientas les ayudarán para que cuando sean grandes lo puedan expresar y manejar.