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Cuidar a un toddler es más difícil que cuidar a un bebé 

Publicado: 11 de Enero 2020
Toddler
Foto: IG @thefrenchfolk
Foto: IG @thefrenchfolk

Hace unos meses mi mejor amiga tuvo a su primer bebé, su emoción era inmensa igual que sus miedos. 

La lactancia le estaba costando trabajo y le asustaban hasta las caras que su bebé hacía mientras comía, esos ojitos de borreguito que a mí tanto me gustaban para ella eran angustiantes. 

Sin querer di un viaje al pasado, a mis primeros días como mamá, todo eso que viví con mi bebé los primeros días ya no se veía tan terrorífico. Ya no podía ver mis miedos, ahora se veían más como logros que fueron superados. Como esos escalones que, con trabajo y mucho esfuerzo, logré subir, pero con ritmo suave, fluyendo, como esas escaleras que mantienen tu ritmo.

Mi escalera de hoy es mucho más empinada y cada peldaño tiene tamaños distintos, así me siento con mi toddler de 2.6 años, cada día hay nuevas experiencias, sus habilidades están más desarrolladas y cuidarla cada vez es más complejo. 

Desde la ropa que no se quiere poner, -porque quiere estar en vestido de princesa todos los días-, hasta sus emociones. Es mucho más receptiva a las emociones que mamá y papá le transmitimos, algunos días no son tan buenos y otros pasan tan fácil como un suspiro. 

Cuando era bebé las cosas eran más sencillas. 

Se calmaba al instante en mis brazos o al alimentarla, ponerse la pijama no era una guerra mundial, ni el baño, ni mucho menos cepillarle el cabello. 

Sus emociones no eran tan cambiantes ni había explosiones de llanto cada 5 minutos por cualquier cosa, cuando había cólicos o una gripe las cosas se ponían difíciles, pero lográbamos superarlo en una noche, bien pegadita a mí. 

Ahorita, es como si la maternidad me dijera “agárrate que ahí te voy”. Con decirles que ya nisiquiera puedo cantar las canciones que a ella le gustan, porque son suyas. 

Mis miedos ya no son todo el tiempo de que “algo le va a pasar”, -de hecho esos nunca se irán-, ahora me preocupa qué tipo de disciplina tenemos que aplicar, las rutinas, si debe empezar clases extracurriculares o si es normal su fanatismo con Frozen. 

Cuando está enojada y no se tranquiliza, me siento a esperar que esté lista para un abrazo y pienso que quiero a mi bebé de regreso, esa que con sólo levantarla en mis brazos se calmaba al instante. 

Pero cuando logra superar sus emociones y regresa a mí, para reconfortarse, la amo todavía más y me siento culpable por querer que sea un bebé por siempre. 

Cuando veo recién nacidos pienso que cuidarlos es lo más sencillo del mundo, incluso se me antoja muchísimo tener otro, pero nada me garantiza que un nuevo bebé será igual que el primero, porque sería algo que no conozco, nuevos miedos y retos, por supuesto. 

Para mí esa primer etapa fue increíble, sencilla y volvería a hacerlo, pero es porque ya lo superé, todas estamos en ese camino, con nuevos bebés, con los primeros o con los últimos embarazos. 

Y si hoy, estás en medio de la noche preguntándote cómo lo vas a lograr, tranquila, lo harás, confía en ti.   

Por Silvia Ruiz para Naran Xadul

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