La educación cósmica, una de las maravillas que nos regaló María Montessori
Lo primero que debes de saber es que la Educación Cósmica no es, o por lo menos no debería ser, exclusiva del método educativo Montessori.
La Educación Cósmica es un sistema planteado formalmente por María Montessori a sus 70 años durante su estadía en la India como refugiada de la Segunda Guerra Mundial, después de toda una vida de estudios y trabajo con niños.
Este método ayuda al niño a saber quién es desde un plano individual y colectivo y lo prepara para contribuir al medio en el que vive y se desenvuelve, también individual y colectivamente. De esta manera es como resultan ser dos las bases, la “Mneme” y la “Horme”. La “Mneme” es esa identidad presente que se relaciona con el pasado de cada uno de nosotros, es decir, que cada individuo es único y no existe como un fruto de la nada, sino por millones de procesos y coincidencias a lo largo de millones de años, es decir que tenemos una historia. La “Horme”, es la conciencia de contribución que cada individuo hace para la conservación y el mejoramiento del mundo y el medio en el que vive.
Vivimos creyendo, porque así nos lo enseñaron y casi nos lo tatuaron hasta los huesos, que la educación es transmitir información para memorizar y seguirla transmitiendo a otras personas para que la memoricen, y así sucesivamente.
Y pobre de aquel que no pueda memorizar y quiera más bien comprender, porque de inmediato es catalogado como casi inservible para el aprendizaje. O por lo menos, así estaba siendo hasta hace unos pocos años en la mayoría de las aulas.
Por el contrario, María Montessori decía que la educación debe consistir en extraer de cada niño el potencial que ya trae, a través del estudio y comprensión del mundo y del universo que nos rodea y del que formamos parte. Sólo a partir del conocimiento de uno mismo y de las preguntas que devienen de ese conocimiento, las cuales están interconectadas con el todo, es que logramos realmente hacer nuestro el aprendizaje. Es decir, que todo lo que va un niño aprendiendo no son simples temas aislados, por el contrario, todos están relacionados entre sí de una forma u otra.
A continuación un ejemplo de cómo funciona este método.
Todo niño debe ser apoyado en el proceso de descubrir y conocer sus habilidades y fortalezas, sus intereses y sus dones. Supongamos que durante este proceso de autoconocimiento, el cual es fundamental, un niño de 6 años que cursa el primer año de la primaria descubre que le gusta muchísimo la Biología.
El deber de su maestr@, papá y mamá es irle guiando por este camino que marca su interés y relacionarlo con otros varios temas, como lo puede ser la Historia con Darwin y sus estudios sobre el origen de las especies; la Química con los procesos químicos que permiten la formación de la vida; la Física con cómo la gravedad y otros factores influyen en la proliferación de la semillas de los árboles; las etimologías y el Lenguaje con el parecido entre algunos nombres de especies y el por qué; etc.
De esta manera, el pequeño tendrá un aprendizaje más significativo ya que lo que está adquiriendo a través de un proceso de asociación y no de memorización.
Por si fuera poco, esta manera de aprender no sólo le ayudará a realmente comprender lo que se le está mostrando, sino que hará de cada día y de cada año escolar algo disfrutable para un pequeño en constante evolución. Finalmente, nadie deseamos que nuestros hijos vivan odiando la escuela, ¿o sí?