Jugar al aire libre tiene grandes beneficios
Jugar al aire libre es el combo completo de diversión, aprendizaje y beneficios para los Naranxitos, y es que no hay nada que se compare con la magia de correr, saltar, explorar y descubrir en medio de la naturaleza o en un parque. Pero hay muchos más beneficios que te quiero contar.
El aire libre les da una especie de carta blanca para dar rienda suelta a su imaginación. No hay límites a la hora de jugar, ya que el entorno natural es un escenario sin fronteras donde pueden inventarse mil y una aventuras. ¿Pero sabías que los niños hacen más fuertes su sistema inmunológico gracias al sol que reciben mientras juegan y además se enferman menos?
Hay un montón de beneficios de pasar un buen rato en el parque, por ejemplo:
- Se calcula que actualmente los niños pasan 4 y 5 horas al día encerrados frente a una pantalla electrónica.
- 60 minutos al día de juego al aire libre disminuye en un 40% la obesidad infantil.
- Menos depresión infantil, jugar en la naturaleza libera el estrés.
- Una caminata de al menos 20 minutos al aire libre puede hacer que los niños con déficit de atención o hiperactividad se concentren por periodos más largos.
- Mejoran sus habilidades sociales ya que en el parque con una actividad física es más fácil hacer amigos.
- Autoestima y seguridad en sí mismo ya que el ambiente propone retos naturales para ellos.
Para obtener estos beneficios, se recomienda que los niños pasen al menos 30 minutos al aire libre al día, pues además de experimentar el mundo con todos sus sentidos, ¿has pensado en todos los estímulos disponibles?
Estar al aire libre les permite sentir la brisa en su cara, oler las flores y la hierba, escuchar los pájaros cantar y ver un montón de colores vivos a su alrededor. Aprenden a respetar y apreciar la naturaleza, mejora su percepción sensorial y su capacidad para relacionarse con el entorno.
Por otro lado, correr, saltar, trepar y jugar en el parque les da una buena dosis de actividad física, lo cual es esencial para su salud y bienestar. Los ayuda a mantenerlos enérgicos y activos, lo que a su vez contribuye a un mejor sueño y mejor descanso.
Por último, pero no menos importante, jugar al aire libre les brinda la oportunidad de tomar riesgos calculados. Claro, siempre con la supervisión adecuada, pero esos retos les ayudan a desarrollar su confianza y autoestima. Siempre que superan un pequeño obstáculo, como subir a un árbol o cruzar un puente colgante en el parque, se sienten orgullosos de sí mismos y ganan confianza en sus habilidades.