Los gritos, en lugar de disciplinar, empeoran los problemas de conducta
A todas nos ha pasado que nuestro pequeño nos saca de nuestras casillas y ante la frustración terminamos metiéndole tremendo grito que hasta la vecina nos viene a preguntar si todo está bien.
Es normal que nos pase, digo al final de cuentas somos humanas y entiendo que algunas veces nuestros hijos nos rebasan.
Pero, ¿has pensando alguna vez en lo que pasa cuando le gritas a tu hijo?
A mí también me gritaban
Muchos papás gritamos a nuestros hijos porque así fuimos educados, eso fue lo que vimos en nuestra casa cuando éramos pequeños y lo repetimos por inercia, pero no por eso está bien repetirlo. Trata de recordar lo mal que te hacía sentir cuando te gritaban tus padres.
Me gustaría darte 5 razones contundentes de por qué debes dejar de gritarle a tu hijo:
Tiene las mismas consecuencias que el castigo corporal
Según un estudio de la Universidad de Pittsburg, gritarle a tu hijo frecuentemente tiene las mismas consecuencias que el castigo corporal y causa problemas emocionales.
Los gritos tienen los mismos efectos negativos en los niños que los golpes y puede causar los mismos problemas de comportamiento.
Empeoran los problemas de conducta
Después de mucha investigación, se sabe que los gritos hacen que los niños se comporten de manera más destructiva.
Tienen peor autoestima y una tendencia a la depresión
Un estudio del Journal of Marriage and Family analizó a varias familias y encontró que los niños a los que se les gritaba 25 o más veces a lo largo de un año, tenían una autoestima más baja, una tendencia a la depresión y un incremento de los comportamientos agresivos hacia los demás.
Afectan el desarrollo cerebral en menores de 7 años
Se ha podido ver que los gritos causan una reacción fisiológica. Ya que sus niveles de cortisol aumentan, el cortisol es la hormona del estrés, la cual es particularmente negativa para los cerebros que están en desarrollo.
Es un mal ejemplo para nuestros hijos
No podemos esperar que nuestros hijos se comporten bien, que sea una persona que sepa lidiar con la frustración y que aprenda a controlar sus emociones si nosotros mismos no sabemos hacerlo.
Los papás somos su mayor ejemplo que los marcará en la forma en que ellos van a reaccionar en la vida.
Cuando gritas silencias tu mensaje, habla suavemente, así tu hijo podrá escuchar tus palabras y no únicamente tu voz.