5 razones para fomentar el gusto de tu pequeño por los dinosaurios
Primero fueron los animales de la granja, después los trenes, los piratas y ahora han llegado los dinosaurios a acaparar la atención de mi hijo.
Y… parece que se quedarán más tiempo de lo que esperaba.
Ya tuve que aprenderme el nombre de casi cada uno, así como lo que comían y lo que les gustaba hacer; inventar historias sobre ellos, comprar juguetes, ropa, etcétera. Sin embargo, no me quejo porque esta “obsesión” es muy útil para su desarrollo cognitivo.
Un estudio publicado por la revista Developmental Research revela que el interés que tienen los niños (de entre dos y seis años) por los dinosaurios les brinda muchos beneficios:
1. Mejorar su atención
Los pequeños se fijan en cada detalle físico de los dinosaurios, y es increíble todo lo que pueden identificar (color de piel, ojos, cuántos dientes tienen, etcétera).
2. Habilidades de procesamiento de la información
Aprenden lo que es el hábitat de cada dinosaurio, sus nombres, si eran herbívoros o carnívoros y cómo se movían. Es un mundo que, aunque parece complicado, lo asimilan rápidamente.
3. Desarrollar el vocabulario
Sin duda, un niño que se aprende los nombres de cada animal tiene un vocabulario más amplio; además, fomenta su interés por conocer nuevas palabras.
4. Desarrollan su imaginación
Ya sea que tenga dos años o más, al momento de jugar con los dinosaurios tendrá en mente el lugar donde vivían y podrán viajar a través del tiempo con solo pensarlo.
5. Inteligencia
El estudio revela que los pequeños que tienen “intereses intensos” como los dinosaurios tienden a desarrollar una mayor capacidad de análisis y comprensión que los demás.
Lo anterior se debe a que los niños no sólo reciben la información, sino que tienen que investigar, leer o preguntar sobre ellos. Esto es llamado como “interés intenso”, y ayuda a los niños a tener una inteligencia más desarrollada que aquellos que no tienen este tipo de “obsesión”.
Los especialistas recomiendan a los papás fomentar este tipo de intereses, al ayudarle a investigar sobre el tema, leerle historias sobre el estilo de vida de esa era, así como llevarlos a museos o exposiciones donde el aprendizaje es más visual.