5 pasos para proteger a tu peque del virus manos, pies y boca
La semana pasada en la escuela de mi hijo hubieron dos casos del virus manos, pies y boca, por ello nos recomendaron a todas las mamás tener vigilados a los pequeños, ya que se trata de una enfermedad contagiosa, pero no grave.
Este virus afecta a bebés y niños menores de cinco años, porque aún no cuentan con la protección contra los virus que causan la enfermedad.
Entonces pensé: ¡Chispas, mi hijo tiene tres años! Debo protegerlo a como de lugar, pero, ¿cómo?
Antes que nada, hay que conservar la calma y seguir las recomendaciones de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, las cuales te comparto para que mantengas a “raya” a esta enfermedad contagiosa.
- Lava tus manos y las de tu peque frecuentemente con agua y jabón durante 20 segundos. Siempre hazlo después de cambiarle el pañal, ir al baño, de jugar o antes de comer.
- Cuida que tu peque no se toque ojos, nariz y boca con las manos sucias.
- Evita compartir vasos o cubiertos, sobre todo si hay algún caso de la enfermedad cercano a tu hijo.
- Aunque son muy ricos los besos y los abrazos, es importante mantener el control de éstos.
- Desinfecta superficies y objetos. Es decir, limpia muy bien con agua clorada todo lo que toca tu pequeño: juguetes, manijas de las puertas, libros, etc.
¡Identifica la enfermedad!
Es importante que mantengas vigilado a tu hijo, sobre todo en los meses de verano y otoño, ya que es cuando existe una mayor propagación de la enfermedad.
Síntomas comunes:
- Fiebre
- Pérdida del apetito
- Dolor de garganta
- Sensación de malestar
- Llagas dolorosas en la boca (normalmente comienzan como puntitos rojos planos)
- Sarpullido que pueden convertirse en ampollas en la palma de las manos y la planta de los pies y, a veces, en las rodillas, codos, nalgas o área genital.
Todo esto aparece por etapas, o sea que no los verás todos juntos.
Para esta enfermedad no hay vacuna ni tratamiento específico.
Los medicamentos que recetan los doctores son para aliviar síntomas; y normalmente, los pequeños se recuperan después de siete o diez días.
Así que para proteger a mi hijo de esta enfermedad estoy lavando su uniforme diario, le lavo las manos frecuentemente y trato de mantener la casa desinfectada.
Lo importante es que no nos invada el miedo, para poder afrontar cualquier situación de la mejor forma posible.
Fuente: CDC