Después de un hijo la pareja deja de ser la misma...
Cuando conocí a mi esposo nuestra vida era muy diferente.
El tiempo era completamente nuestro y lo manejábamos a nuestro antojo, teníamos tiempo de ir a bailar, al cine, por un café, ver películas, visitar a familiares y amigo:, Tiempo para nosotros mismos.
Vivíamos con la tranquilidad de que si ese día no teníamos ganas, no salíamos de la casa y listo .
Hoy con una hija, perdimos por completo el control de nuestros tiempos, dependemos de como esté el día para hacer planes, de la salud de nuestra hija, del humor de la misma, de qué los lugares que visitemos sean cómodos, seguros, divertidos y aptos para ella.
Foto: IG @lu_mulloy
Pese a las ganas de ir a tu lugar favorito (si es que aún existe), la principal enmienda es encontrar un lugar divertido, con juegos, jardín, actividades que sean para ella, que la hagan sentir feliz, que le guste la comida para que tenga siempre esa hermosa sonrisa.
Recuerdo que antes de mi niña, al salir del trabajo cansados, solo teníamos ganas de quitarnos los zapatos, tomar café y ver películas hasta quedarnos dormidos. Pero hoy salgo del trabajo, corro a su escuela, vamos por una dona, helado, dulce o lo que sea para romper su rutina. Y mi cansancio, mi sueño lo cambié por ganas de hacer feliz a lo mejor que tengo.
Nuestros fines de semana se convirtieron en correr por la plaza detrás de tu hija, subiendo y bajando su rampa favorita, correr al baño, meternos juntas a tiendas para escondernos de papá, bailar en cuanto escuchemos música no importa que género sea y menos el lugar en donde estés, cantar a todo pulmón canciones infantiles, hacer la rueda de San Miguel y las estatuas de marfíl en cualquier momento, disfrutar de los payasos de las fiestas, emocionarnos con una piñata, cantar las mañanitas sin razón, en celebrar tu cumpleaños, el de tu esposo, día de la madre, del padre, de la familia en el famoso restaurante del ratón, porque no hay mejor regalo que ver a nuestra hija feliz.
Aprendimos que el motor de nuestro cuerpo se alimenta con amor y que mejor razón que hacerla feliz. Un baño rápido se convirtió en una guerra de agua para 3, y ahí estamos mamáy papá mojados, muertos de risa, después de 30 minutos.
Ya empijamados los 3 acostados viendo la tele, me doy cuenta de que no hay mejor inversión de tiempo, que amo vivir mi vida de esta manera, que ser 3 es mejor que 2 y que nada en el mundo se compara con la felicidad que me hace sentir ser mamá y esposa.
Dicen que después de los hijos no somos iguales y es verdad, hoy somos más felices, más unidos, más empáticos, mas amorosos hoy dejamos de ser él y yo para formar lo que siempre soñamos: nuestra familia.
Por María Padilla para Naran Xadul
Todo cambia cuando nacen los hijos. Pero la sexualidad de la pareja no debe acabarse. ¡Aprende a reavivarla! Con nuestro en línea: Sexualidad después de los hijos.