Estoy embarazada y no puedo dejar de tomar café
Cuando te enteras que estás embarazada una de las primeras cosas que se vienen a la mente es cómo debemos cuidar nuestra alimentación durante los próximos meses durante y después de éste, sobre todo si logramos una lactancia exitosa y por decisión.
Sabemos que tendremos que despedirnos de un delicioso sushi porque no se recomienda comer alimentos crudos, que debemos olvidar por una larga temporada los días de drinks coquetos con amigas y que muchos lácteos tampoco podrán incluirse en nuestra dieta, para aquellas que necesitan tomar café para activarse durante el día lo mejor será tomarlo de forma moderada.
Estos son algunos de los cuidados no tan lindos que debemos hacer por el bien de nuestro organismo y el de nuestro bebé, pero te aseguro que son sacrificios que valen totalmente la pena. Y es que seamos honestas, muchas veces pensamos que consumir poquito de ese antojo no recomendado no afectará en nada, pero esto dependerá totalmente de cada cuerpo, así que será mejor tomar medidas preventivas.
Siempre lo más recomendable será consultar a nuestro médico de cabecera y que nos recomiende la cantidad sugerida de cada alimento y cuáles definitivamente deben eliminarse de nuestra dieta, con base en nuestro historial clínico
El consumo de cafeína es de los que más trabajo nos cuesta dejar, esa tacita de café que nos da el boost para arrancar el día. Muchos doctores lo prohíben y otros sugieren cantidades moderadas.
Hablemos de cifras reales
El Colegio Estadounidense de Obstetras y Ginecólogos (ACOG) y otros expertos dicen que es seguro que las mujeres embarazadas consuman hasta 200 miligramos de cafeína al día. Eso es el equivalente a una taza de café de 350 mililitros.
Un estudio reciente tomó una muestra representativa de más de 2,000 mujeres en 12 sitios clínicos en los Estados Unidos, pidieron a las mujeres embarazadas que estimaran su ingesta de cafeína y también utilizaron muestras de sangre tomadas durante el primer trimestre para determinar los niveles exactos ingeridos.
Había mujeres que consumieron un promedio de 50 miligramos de cafeína por día, (solo una cuarta parte del límite recomendado) y se observó que dieron a luz bebés que eran 65.2 gramos más livianos que los bebés nacidos de mujeres que no bebían cafeína, según el informe de marzo de 2021 publicado en JAMA Network Open (revista médica publicada por la Asociación Médica Estadounidense que cubre todos los aspectos de las ciencias biomédicas).
La mayoría de las mujeres involucradas en el estudio informaron beber 200 miligramos o menos de cafeína por día. Solo el 0.7% de las mujeres estimaron que bebían más de la cantidad diaria recomendada.
En general, las mujeres embarazadas con los niveles más altos de cafeína en sangre dieron a luz a bebés que eran aproximadamente 85 gramos más livianos, 0.43 centímetros más cortos, 0.28 centímetros más pequeños en la circunferencia de la cabeza y aproximadamente 0.33 centímetros más pequeños en la circunferencia del muslo que los bebés de mujeres con nula cafeína en sus sistemas.
** Información tomada de Motherly
Sabiendo esto, ¿Dejarías de tomar definitivamente tu taza de café?
Podría ser drástico hacer recomendaciones basadas en los resultados de un solo estudio. Los médicos como profesionales expertos, hacen sus recomendaciones basándose en años de datos, no sólo en un estudio.
También es importante saber que el peso al nacer es complejo: hay muchos factores que pueden afectar el peso de un bebé y no precisamente por el consumo de café.
Sería importante evaluar los factores que llevan a las mujeres a no poder dejar de tomar cafeína aun en el embarazo, como podrían ser: una mamá embarazada que trabaja durante la noche o tiene un hijo mayor que cuidar y el café le da energía, porque debe iniciar su día desde muy temprano o porque en muchas regiones latinas el café es parte de nuestra canasta básica, y así, un sinfín de razones más.
Suficiente es lidiar con todos los síntomas hormonales que aparecen en el embarazo para que además tampoco podamos darnos uno que otro gustito con nuestros antojos. No se trata de estigmatizar alimentos o bebidas sino de llevar una dieta balanceada y adecuada según nuestro organismo.
En el último de los casos, los expertos dicen que es necesario realizar más investigaciones para comprender por completo exactamente cómo la dieta de una madre y la ingesta de cafeína afectan al bebé, ya que existen muchos otros factores que podrían intervenir.
Como mencionamos anteriormente, lo mejor siempre será consultarlo con tu médico o partera. Siempre es mejor hablar de nuestras inquietudes con profesionales médicos que nos conozcan y lleven nuestro historial médico.
Por Liz Chavarín