Hijo mío, siempre estaré contigo, te lo prometo
Hijo, recuerdo que cuando llegaste a este mundo solo una cosa tenía bien clara, necesitaba darte lo mejor para que crecieras feliz.
No pensaba en los desvelos, ni en las marcas de juguetes que tendrías, ni en la escuela o la ropa que irías dejando, lo único que estaba en mi mente era poder estar contigo en cada etapa.
Que yo nunca te hiciera falta.
Llevarte de la mano a tu primer día de clases y ser la mamá que más fuerte aplaudiera en tus competencias de natación, ser tu enfermera en los días de enfermedad y tu fan número uno en los partidos de fútbol.
Nutrir tu cuerpo, tu alma y tu mente desde el principio dándote lo mejor para cuidar tu pancita y fortalecer tu sistema inmune para que no te enfermaras.
Ser tu hombro cuando los días sean difíciles y tu mano cuando sientas que no puedes alcanzar algo. Esperarte con los brazos abiertos todos los días afuera de tu escuela y poderte dar todas las herramientas que necesitas en la vida.
Ay hijo mío, todas las noches rezo con todo mi corazón para que la vida me deje verte crecer y estar a tu lado muchísimo tiempo.
Ser tu hogar seguro cuando el mundo se ponga gris, darte un buen consejo cuando lo necesites, siempre estaré ahí.
Te prometo que mi amor será eterno y que podrás sentirlo siempre.