Abrazar, consolar y estar juntos no es malcriar, también es educar
Ser mamá es más que levantarse con el aroma del pañal sucio que tienes que cambiar después de una larga noche.
Significa mucho más que tropezar unas cien veces al día con cochecitos y muñecas tiradas a la mitad del camino.
Si de algo me he dado cuenta, es que mientras su pancita esté bien, los momentos que pasamos juntos son inolvidables.
Y son memorables porque no hay nada que impida esas tardes de juego, disfrutar la comida juntos y apapacharnos con tanta fuerza que sentimos cómo laten nuestros corazones.
He pensado un millón de veces en cómo criar hijos amables, responsables, empáticos, generosos y felices.
Es una pregunta demasiado complicada como para responderse con una simple respuesta. Existen muchos factores internos y externos que influyen y determinan los procesos, caminos y destinos de nuestros pequeños.
Cuidar que estén sanos, que tengan una buena digestión y que lo que coman le caiga bien a su pancita hace que disfruten al máximo de todo lo que tienen a su alrededor.
Observarlos mientras se despiertan y estar ahí cuando abren los ojos. Disfrutar del momento en el que sólo quieren dormir entre tus brazos y cerquita de tu corazón.
Tomarlos de la mano y luego soltarlos para que logren dar sus primeros pasos y hacerles una fiesta cuando aprenden a brincar.
Ayudarlos a vestirse o a amarrarse las agujetas de sus zapatos aunque tengas que corretearlos por todo la casa porque como de costumbre, ya se te hizo tarde.
Es pasar momentos con tus hijos sabiendo que el tiempo que les dedicas, mismo que jamás regresa, vale más que todos los cafés calientes que terminaste tomándote helados.
Ser mamá es ver la ropa sucia, llena de babas, mocos y migajas después de la hora de la comida explorando sabores y texturas nuevas mientras come contento y crean recuerdos increíbles que quedarán por siempre guardados en tu memoria.
Y también es crear historias y recuerdos juntos antes de ir a dormir mientras le das el último beso del día y así tienen dulces sueños.
Es aprender a ser compasiva, paciente, tolerante, humilde, bondadosa, justa y permisiva con todos los que te rodean, pero en especial, contigo misma.
Ser mamá es saber valorar lo que sí importa, como sus sonrisas y carcajadas, el brillo de sus ojos cuando dicen “mamá”, los abrazos inmensos de esos cuerpos tan pequeños, y sus manos tomando las nuestras.
Lo que en verdad importa en la vida es poder tener a nuestros hijos cerca, verlos crecer sanos y felices, y poder compartir con ellos cada instante que pasa.
La clave es estar con ellos dándoles momentos de calidad, siempre con amor y respeto.
Ser mamá es la mejor etapa de la vida. Atesora cada momento y busca que su pancita esté bien para disfrutar de cada momento juntos, con NAN® 3 Optimal Pro.