Publicidad

Dejaré que mis brazos se cansen hoy porque mañana estarán vacíos 

Publicado: 10 de Diciembre 2020
Vida de mamá
Foto: IG @sheridaningalls
Foto: IG @sheridaningalls

Llevo dos horas con mi hija en brazos, la casa no tiene pies ni cabeza, los trastes sucios me piden a gritos que los lave y mi celular sigue sonando por mails y chats del trabajo. 

 

Llevó dos horas con los brazos dormidos, pero siento en mi pecho un calor que nubla todo lo que hay a mi alrededor, estoy en ese eterno presente, tratando de guardar en mis memorias el peso de mi bebé sobre mi cuerpo, el ritmo de su respiración y el olor de su cabeza. 

 

Quiero volver a vivirlo cuando lo recuerde en unos años, porque esto que hoy tengo, un día ya no regresará. 

 

Mi hija ya no se acomodará tan bien como hoy sobre mi pecho, su pies saldrán de mi alcance y los abrazos durarán por mucho 30 segundos.

 

Un día se hará tan grande que ya no podré levantarla y llevarla conmigo a todos lados, pegadita, dándole besos en sus cachetes mientras sus manos jalan mi cabello, como lo hago hoy.

 

Un día dejará de ser una bebé de 6 kilos para ser un pequeño dinosaurio de 12 kilos que querrá escalar mi espalda para hacerle caballito, acurrucarse en mi pecho o sentarse en la orilla de mis rodillas, y aún así, esos momentos también desaparecerán un día. 

 

Crecerá de golpe y yo recordaré todas las veces que mis brazos ya no podían más cuando la arrullaba por las noches, cuando la amamantaba, cuando la consolaba por llorar, incluso cuando siendo más grande lloraba porque se lastimaba y pedía mis brazos.

 

De repente, estos brazos que hoy están tan cansados, quedarán vacíos, sin bracitos que levantar, sin rodillas que sanar y sin ojitos que arrullar. 

 

Ya no sentirán ese dolor que quema hasta los huesos, de hecho, lo extrañarán, cuando recuerde todas las horas que pasaba cargando a mi bebé. 

 

 

Publicidad
Publicidad
Publicidad