Gran mensaje que da una mamá con su hijo enfermo de Coronavirus
Desde que apareció el coronavirus en el mundo, las mamás nos preocupamos por la salud de nuestros hijos, nos encargamos de protegerlos y poner en práctica todas las medidas necesarias para mantenerlos a salvo.
Sin embargo, no podemos ver ni adivinar en dónde se encuentra el virus y en qué momento puede afectarnos, como le pasó a la doctora Anna Zimmermann, quien en su sitio Mighty Littles describió cómo jamás se imaginó que su hijo se contagiaría de coronavirus.
La neonatóloga especializada en el tratamiento de recién nacidos prematuros y enfermos narra que desde que se enteró de la existencia de Covid-19, no pasó un día en el que se informara de todo lo relacionado al virus en China e Italia, a pesar de que ella vive en Denver, Colorado.
Como médico tomó todas las medidas preventivas, y aunque no existían aún las recomendaciones estatales o federales, sacó a sus hijos de las clases de Jiujitsu y de natación.
El último día que llevó a sus hijos a la escuela fue el 12 de marzo y, desde ese día decidieron no salir de casa. Sólo una vez salió su esposo a Costco y otra vez fue ella, quien compró cosas en Target.
Pero, a pesar de todas esas medidas, el 21 de marzo su hijo de cuatro años se enfermó, estornudó varias veces, pero Anna pensaba que se trataba de alguna alergia. Al día siguiente tuvo la nariz tapada y tos leve, pero no registró fiebre.
Sin embargo, 6 días después tuvo fiebre alta y llegó el momento de hablarle al pediatra. El primer diagnóstico fue neumonía, así que le recetaron antibióticos y oxígeno. Había días que se veía que mejoraba, pero otros que empeoraba, así que el 30 de marzo lo llevó al hospital.
Foto: mightylittles.com
Como doctora, sabía el protocolo y se dio cuenta que estarían ahí por lo menos cuatro días, ya que lo tratarían como paciente de Covid, hasta que la prueba resultara negativa: le dieron bolsas para poner la ropa y sus artículos personales, su bolsa y su computadora.
Durante todo ese tiempo, menciona que sufrió ansiedad por no saber a “ciencia cierta” lo que pasaba con su hijo, quien empeoraba rápidamente y a quien le hicieron pruebas de laboratorio y le suministraron medicamentos.
Pero cada día le costaba trabajo respirar. Utilizaba todos los músculos de su pecho, abdomen y cuello para inhalar y exhalar.
En los primeros estudios (conteo sanguíneo, radiografías) no aparecía el coronavirus. Pero, una vez que llegaron los estudios virales, confirmaron la noticia: su hijo tenía Covid-19.
Como mamá, Anna estaba asustada y no podía quitarse las preguntas de la cabeza: ¿Por qué su hijo se contagió de Covid-19, si fue muy cuidadosa?, ¿qué tan enfermo se va a poner? ¿cuánto durará eso?, ¿cuánto tiempo estarán en el hospital?, ¿qué pasa si el resto de su familia se enfermaba tanto como su hijo de 4 años? Sentía que había fracasado y que se suponía que debía mantener segura a su familia. Así lo explica ella:
“No lo entendía, aún no lo entiendo. Lloré durante casi cuatro horas esa noche. No pude dormir. No pude apagar mi cerebro. Estaba aterrada”.
“Al mismo tiempo, me sentí aliviada. Si su prueba COVID hubiera sido negativa, me aterrorizaría ir a casa y me preguntaría constantemente: "¿Qué pasaría si ahora es COVID?" Al menos ahora sé que tiene COVID. Y sé que no debería volver a tenerlo”.
“Han pasado más de cinco días desde su llegada al hospital. Lincoln comienza a sentirse un poco mejor. Pequeños destellos de mi hijo feliz se asoman por 30 minutos a la vez. Está durmiendo más de 16 horas al día y por primera vez hoy, finalmente comió algo (una banana y una bolsa de compota de manzana)”.
"Mamá, esto no vale la pena". "Mamá, ¿cuándo va a parar esto?" "Mamá, no me siento tan bien". "Mamá, no sirve de nada". "Mamá, no voy a ir a casa".
Estar en el hospital ha sido completamente aislado. No se me permite salir de su habitación. Nadie puede entrar en su habitación. Las enfermeras y los médicos vienen a evaluarlo usando todo su equipo de protección personal (PPE), pero minimizan la cantidad de veces que entran a la habitación para preservar el equipo.
Mi esposo está en casa con mis hijas. No podemos abrazarnos. No puedo abrazar a mis chicas. Mi familia está separada y nos sentimos muy lejos”.
Lo único positivo de esta situación es que Anna ha visto una gran unión por parte de su comunidad: sus amigos llevan cosas a su familia que está en casa, se preocupan por su bienestar.
Esta experiencia le ha hecho valorar tantas cosas y ha sentido tantas emociones al mismo tiempo que sólo da un mensaje a toda la sociedad: “cuídense, manténganse a salvo. Tomen este virus en serio, no es broma”.
Así que por favor, retomemos su recomendación y cumplamos con todas las medidas necesarias:
- Lava tus manos con agua y con jabón al menos durante 20 segundos.
- Acude al médico sólo en una urgencia
- Tose o estornuda en la parte interna de tu codo
- No difundas noticias falsas
Fuente: Mighty Littles