Meditación para mamás estresadas. Conecta con tu sabiduría interna
No sobra decir que ser mamá es un trabajo difícil. Pensamos que tener mucha información disponible sobre el tema hará el trabajo más fácil, entonces sabemos de todo, horarios de sueño, menús de comida saludable, teorías de crianza y hasta qué producto de limpieza utilizar en casa. Pero aterrizar toda esa información a nuestro estilo de vida, temperamento y a nuestro hijo que es único, es otro reto enorme.
La meditación que les propongo es para ayudarnos a incorporar todo lo que leemos y aprendemos cada día a nuestra verdadera esencia, a lo que en realidad podemos aplicar sin sentir angustia de no hacer una cosa o la otra.
Todas sabemos que ser madre es una cuestión bastante orgánica, me refiero a que el sentimiento de amor, de protección y de querer lo mejor para ellos es uno que nace de un lugar misteriosamente interno que no se puede controlar. Entonces por qué no acceder a ese lugar interno lleno de sabiduría para resolver nuestras dudas con respecto a ese o esos seres tan íntimamente cercanos a nosotros.
Esta sabiduría, a veces llamada intuición es un lugar al que podemos acceder dentro de nosotros.
1. Cierra los ojos, observa tu respiración y dirige tu atención al entrecejo.
2. Olvida todo lo que tiene que ver con tu rol de madre, hija, esposa, posición en el trabajo, etc… concéntrate en realmente sentirte desde ese lugar que no ha cambiado desde que eras una niña, esa esencia que permanece igual siempre, sin importar la circunstancia.
3. Visualiza tu atención en el entrecejo como una luz y trata de mantener ahí tu concentración. Es importante que no pienses en lo que estás queriendo resolver, que te mantengas en el momento presente visualizando esa luz con todo su detalle.
4. Si llega algún pensamiento déjalo pasar como si fuera una película, no lo resistas.
5. Quédate ahí unos minutos y regresa lentamente al momento presente, asimila con los ojos abiertos lo que sentiste e incorpórate poco a poco a tu rutina.
No es fácil lograr la conexión la primera vez, es una práctica que se hace un hábito. Cuando estás acostumbrada a visitar ese lugar interno es más fácil encontrarlo, por eso busca unos minutos antes de dormir o en alguna milagrosa siesta y ¡practica! Una maestra me decía, la duda es más angustiante que tomar la decisión incorrecta.
Confía en ti, si actúas desde el corazón siempre será lo mejor.
Por Santosha Yoga