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Gran dilema: dejar a tus hijos en la guardería o con alguien de tu plena confianza

Publicado: 2 de Febrero 2020
Criando con consciencia
Foto: IG @chasingthesummerfields
Foto: IG @chasingthesummerfields

Creo que jamás me había costado tanto trabajo decidir algo en mi vida: llevar a mi hijo a la guardería o dejarlo al cuidado de sus abuelos. Literalmente, tuve que hacer una lista de pros y contras de cada una para al fin llegar a una decisión.

 

Primero empecé con la lista de pros para dejarlo en manos de los seres en quien más confío en esta vida, estando segura de que lo cuidarían con todo el amor y esmero del mundo: sus abuelos.

 

¿Qué ganaría mi bebé (y yo también)? Sin duda, y el más importante, se mantiene y fortalece el vínculo afectivo. Los niños suelen ser más estables a nivel emocional porque se sienten protegidos en un ambiente lleno de amor y cuidado.

 

Además, tienes la seguridad de que lo guiarán con los mismos valores que tienes tú, y que el niño puede desarrollar un vínculo seguro con mayor facilidad.

 

El vínculo seguro consiste en que el adulto lea, interprete y responda al lenguaje no verbal del bebé; esto se da mucho más fácil si conocen al bebé a fondo y si no hay rutinas fijas u horarios que cumplir, sino que los va marcando el bebé. 

 

En otras palabras, el niño tendrá toda la atención, para cubrir sus necesidades, que se pueden identificar gracias al vínculo que existe entre ellos.

 

Otro punto importante a considerar es la flexibilidad en el horario; como mamá no estás presionada para recoger a tu hijo a cierta hora (porque van a cerrar o porque se quedará sin personas para cuidarlo), sólo basta una llamada para avisar que estás retrasada. Además, los cuidan cuando están enfermos y hasta los pueden llevar al doctor. Y representa, menos contagios de otros bebés.

 

Aunque parece ser una excelente opción, también tiene sus contras, ya que al tener a un niño pequeño a su cuidado, los abuelos, tíos o quien esté a cargo, debería tomar un curso de primeros auxilios para estar preparado ante cualquier emergencia.

 

Otra desventaja es que cuando alguno de los que cuidan al bebé se enferma, se tendría que pensar en una segunda opción para dejarlo a su cuidado.

 

También es difícil quejarte o ponerte de acuerdo sobre algo cuando se trata de familiares. Es decir, puedes no estar de acuerdo con algunas prácticas que quieren seguir en cuanto a alimentación, disciplina o sueño; es complicado mantener un equilibrio entre controlar y confiar.

 

Finalmente este es un trabajo demandante que exige que los cuidadores están disponibles no sólo en tiempos, sino física y emocionalmente para jugar, apapachar, enseñar y tranquilizar.

 

Y al pensar en una guardería…

Después de analizar pros y contras del cuidado con familiares, analicé la opción de llevar a mi hijo a una guardería y después de recorrer más de 10 distintas, pensé en todo lo que ganaríamos mi hijo y yo con esta opción (la cual estaba complicada, pues tenía que llenar mis expectativas y mi confianza).

 

Antes que nada, tendría que estar cerca de mi trabajo o de la casa de mis papás o suegros para que pudieran recoger a mi hijo en caso de que yo no pudiera. Después, me di cuenta de lo siguiente:

 

Llevar a mi hijo a una guardería en lugar de dejarlo con sus abuelos significaba que estaría con un personal altamente preparado y calificado para no sólo cuidar a mi bebé, sino para brindarle la atención que necesitaba a nivel de desarrollo físico y cognitivo. 

 

Cada guardería cuenta con un programa que se implementa de acuerdo a la edad de los niños, por lo que el niño tendrá actividades de aprendizaje, juegos al aire libre y manualidades que le ayudarán a desarrollar sus habilidades motrices tanto gruesas como finas. Esto en realidad sólo aplica a partir de los 3 años.

 

Una de las desventajas es que aunque en estos lugares también se generan vínculos, se hacen de forma gradual, por lo que mi hijo no se sentiría tan seguro como con alguien ya conocido. Incluso, al inicio podría reflejar cierto rechazo al lugar.

 

Además, el vínculo se da sólo con la persona que se encarga de cuidarlo y alimentarlo, por lo que cuando avanzan de nivel y cambian al personal, seguramente tendrá que empezar de nuevo con otra persona que hará lo mismo.

 

Otra es que no tendría una atención personalizada como la sus abuelos, ya que los educadores tienen que estar atentos a grupos de niños. Además, estaría más expuesto al contagio de enfermedades.

 

Sin duda, no fue una decisión muy sencilla, sobre todo si toman en cuenta que mi hijo tenía poco más de un año, así que en mi caso, lo que decidí fue pedirle a sus abuelos que me ayudaran con el cuidado de mi hijo durante seis meses más, y pasado ese tiempo, lo inscribí en la guardería.

 

Aunque estoy segura de que esa decisión fue la mejor para mí, lo más importante es que como papás pensemos en el bienestar físico, emocional y mental de nuestros pequeños antes de dar un paso tan importante para ellos.

 

Fuente: http://www.healthofchildren.com/D/Day-Care.html

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